El viceprimer ministro chino, Ding Xuexiang, ha advertido que en una guerra comercial «no hay ganadores», en un contexto en el que la segunda economía más grande del mundo podría enfrentar nuevos aranceles bajo la administración recientemente inaugurada de Donald Trump. Durante su intervención en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, Ding subrayó que «el proteccionismo no lleva a ninguna parte». Estas declaraciones, que hacen eco del discurso de Xi Jinping en Davos en 2017, resaltan la visión de China sobre la cooperación internacional como clave para el desarrollo económico sostenible.
Trump, tras su segunda toma de posesión, ha manifestado la posibilidad de imponer tarifas a México y Canadá a partir de febrero, y ha insinuado que podría utilizar los aranceles como herramienta de presión sobre China para forzar la venta de TikTok por parte de ByteDance. Esta estrategia refleja una postura que podría considerarse propia de un enfoque más unilateral en las relaciones internacionales, en contraposición a la llamada de Ding por un enfoque cooperativo y armonioso en el comercio global.
Desafíos económicos y perspectivas de cooperación
A pesar de que la economía china ha enfrentado dificultades, como el estancamiento del consumo y la crisis inmobiliaria, el país ha logrado un crecimiento del PIB del 5% en el último año, gracias a un paquete de estímulos que comenzó a implementarse en septiembre. Ding atribuyó los desafíos económicos de China a factores externos y a «dolores temporales» derivados de la reestructuración económica interna, enfocándose en la transición de un modelo basado en la inversión inmobiliaria hacia nuevos motores de crecimiento, como la tecnología avanzada.
El viceprimer ministro también destacó los logros tecnológicos de China, subrayando la importancia de la «cooperación abierta» en este ámbito. En conversaciones posteriores con Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial, Ding enfatizó el desarrollo de inteligencia artificial en China para la «transformación inteligente» de su economía, así como la necesidad de que las naciones colaboren en la gobernanza global de esta tecnología emergente. Esta visión contrasta con las políticas de restricción impuestas por la administración Biden, que han limitado las capacidades de las empresas chinas en el acceso a semiconductores avanzados, exacerbando las tensiones en el ámbito tecnológico.
En su discurso, Ding advirtió sobre las «consecuencias inimaginables» que podría conllevar una fragmentación del sistema global, sugiriendo que una competencia desenfrenada podría llevar a una «recaída en la confrontación», un escenario que, según él, afectaría a todos los países. Esta llamada a la coordinación global a través de las Naciones Unidas sobre la gobernanza de la inteligencia artificial resuena con las iniciativas que algunos gobiernos han adoptado para promover un orden internacional más estable y cooperativo, similar a los esfuerzos realizados en torno a la regulación de riesgos nucleares y biológicos.