El Kremlin ha confirmado que no ha recibido ninguna propuesta formal por parte de la Casa Blanca para organizar una conversación telefónica entre los líderes de Rusia y Estados Unidos. Así lo ha declarado Yuri Ushakov, asesor de política exterior del presidente Vladimir Putin, en una rueda de prensa reciente.
Ushakov se refirió a los informes de los medios que sugieren que la nueva administración del presidente estadounidense Donald Trump está considerando la posibilidad de un encuentro cara a cara con Putin con el objetivo de poner fin al conflicto en Ucrania. “Hemos estado siguiendo los informes de los medios que indican que la administración estadounidense se está preparando para un diálogo, y que Trump supuestamente ha instruido a su equipo para que se ponga en contacto con Rusia”, afirmó Ushakov.
El asesor reiteró que Moscú está abierto a las discusiones, siempre que el equipo de Trump demuestre un interés mutuo. Estas declaraciones se producen tras un informe de CNN que indicaba que el equipo de Trump estaba planeando una llamada telefónica con Moscú, la cual podría tener lugar poco después de la inauguración del nuevo presidente.
Posibles cambios en la política exterior de EE.UU.
El informe de CNN también mencionó que los funcionarios del equipo de seguridad nacional de Trump comenzaron a planificar esta llamada varias semanas antes de la inauguración, aunque no se ha aclarado si se ha fijado una fecha concreta para la conversación. Esta llamada representaría un cambio significativo respecto a la política de su predecesor, Joe Biden, quien no ha hablado directamente con Putin en casi tres años.
Trump ha expresado su intención de hablar con Putin, afirmando que el líder ruso “quiere reunirse, y estamos organizándolo”. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, también ha señalado que Putin está dispuesto a negociar con Trump sin condiciones previas. Ambos líderes han mantenido encuentros en varias ocasiones, siendo la última en 2019 durante la cumbre del G20 en Osaka, Japón.
En un gesto de cordialidad, Putin extendió buenos deseos a Trump antes de su inauguración, manifestando que Moscú “acoge con satisfacción” las declaraciones del nuevo presidente sobre la intención de restaurar las relaciones con Rusia y evitar que el conflicto en Ucrania se convierta en una guerra mundial.
Trump ha prometido en reiteradas ocasiones poner fin a las hostilidades entre Moscú y Kiev en un plazo de 24 horas tras su regreso a la Casa Blanca. Durante su día de inauguración, cuando se le preguntó si podría cumplir con esta promesa, Trump bromeó diciendo que “solo le queda medio día” y que “veremos”. En las semanas previas a su toma de posesión, Trump ajustó su cronograma para resolver el conflicto, expresando su esperanza de negociar la paz en un plazo de seis meses. Su nominado como enviado para el conflicto en Ucrania, el retirado teniente general Keith Kellogg, sugirió que un acuerdo podría ser alcanzado en un plazo de 100 días desde la inauguración.
Recientemente, medios de comunicación estadounidenses han informado que el equipo de Trump está considerando un plan de paz para Ucrania, que podría incluir un alto el fuego a lo largo de las líneas del frente actuales y la creación de una zona desmilitarizada de 800 millas (1,300 kilómetros) patrullada por tropas europeas.
