La conservación de los ecosistemas de praderas y su biodiversidad se ha convertido en un tema de creciente interés en las últimas décadas, especialmente ante el alarmante abandono de tierras agrícolas y el cambio en los patrones de uso del suelo. Un reciente estudio de un equipo de investigadores de la Universidad de Kobe, publicado en la revista Plants, People, Planet, aporta nueva luz sobre cómo el uso del fuego controlado puede ser una herramienta efectiva para mantener la diversidad biológica en las praderas de Japón.
Tradicionalmente, los seres humanos han gestionado las praderas mediante el pastoreo, la siega y la quema controlada. Sin embargo, con la despoblación rural y el abandono de estas tierras, las praderas han comenzado a desaparecer, lo que conlleva la pérdida de hábitats críticos para numerosas especies de plantas e insectos, muchas de las cuales están en peligro de extinción. En este contexto, la quema prescrita, un método que permite el manejo eficiente del terreno, se ha discutido como una opción viable para contrarrestar la expansión de los bosques en áreas de pradera.
El estudio en el Monte Fuji
El equipo liderado por la estudiante de maestría Asada Airi se centró en el Monte Fuji, donde praderas que cubren diferentes tipos de suelo son mantenidas mediante quema controlada una vez al año. A través de un exhaustivo análisis en el que se establecieron cien parcelas de un metro cuadrado en diversas zonas, los investigadores identificaron todas las especies vegetales presentes y midieron una serie de factores físicos y químicos del suelo.
Los hallazgos revelaron que las praderas ubicadas en flujos de lava jóvenes presentan una mayor riqueza total de especies, así como una mayor presencia de especies nativas y de aquellas clasificadas como en peligro. Estos resultados contrastan con las praderas que se desarrollan sobre sustratos de escoria más antiguos, lo que sugiere que las condiciones del suelo son determinantes en la biodiversidad de las áreas gestionadas por quema.
Los suelos analizados mostraron diferencias en su acidez, profundidad y cobertura por rocas, lo que permite inferir que estos factores son cruciales para la persistencia de las plantas raras. Asada y su equipo sugieren que en los suelos menos ácidos y más profundos, la rápida proliferación de especies vegetales dominantes puede desplazar a las especies más lentas y raras. La quema controlada actúa como un reset en el crecimiento vegetal, favoreciendo a aquellas especies que, de otro modo, serían superadas por competidores más agresivos.
El investigador Ushimaru Atushi, quien también formó parte del estudio, concluye que este trabajo identifica entornos donde las praderas gestionadas por fuego pueden albergar una notable variedad de especies en peligro. Así, el estudio no solo amplía nuestro entendimiento sobre las condiciones que favorecen la biodiversidad en Japón, sino que también es esencial para la conservación y restauración de estos ecosistemas en el futuro.
Al comprender mejor las interacciones entre el manejo del fuego y la diversidad de especies, se abre un camino hacia la implementación de estrategias de conservación más efectivas que puedan revertir la tendencia de pérdida de hábitats y promover la salvaguarda de la biodiversidad en las praderas.