Un grupo de legisladores republicanos en Estados Unidos ha reavivado los esfuerzos para retirar al país de las Naciones Unidas, argumentando que la organización socava los intereses estadounidenses y malgasta los fondos de los contribuyentes. Este movimiento se produce en un contexto de creciente descontento hacia las instituciones internacionales, especialmente entre ciertos sectores del Partido Republicano.
La propuesta fue presentada por el senador Mike Lee, quien introdujo un proyecto de ley el pasado jueves, respaldado por sus colegas Marsha Blackburn y Rick Scott. En la Cámara de Representantes, los representantes Mike Rogers y Chip Roy también han presentado un proyecto de ley correspondiente. Si se aprueba, esta legislación desmantelaría el marco legal que rige la participación de Estados Unidos en la ONU, detendría todas las contribuciones financieras, prohibiría la participación estadounidense en misiones de mantenimiento de la paz y cortaría los lazos con varias agencias de la ONU.
Críticas a la ONU y el contexto político
Lee ha expresado su oposición a lo que él denomina “cheques en blanco” que permiten que los dólares de los contribuyentes estadounidenses se dirijan hacia iniciativas que, según él, “van en contra de nuestros valores, habilitando a tiranos, traicionando a aliados y propagando el odio”. Estas afirmaciones reflejan un sentimiento más amplio entre algunos sectores que consideran que la ONU no actúa en el mejor interés de Estados Unidos.
La senadora Blackburn ha respaldado estas críticas, acusando a la ONU de “apaciguar a terroristas de Hamas y al Partido Comunista Chino”. Este comentario se produce en un momento de escalada de la violencia en Oriente Medio, tras la reciente incursión de Hamas en Israel en octubre de 2023, lo que ha intensificado el debate sobre el papel de la ONU en la región.
Este nuevo intento de desmantelar la participación de Estados Unidos en la ONU no es un fenómeno reciente. Las propuestas para reducir o eliminar la implicación estadounidense en la organización han existido desde al menos 1997, cuando el entonces representante Ron Paul abogó por medidas similares. La administración del expresidente Donald Trump también tomó medidas drásticas, como la retirada de Estados Unidos del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y la desfinanciación de la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA).
Trump justificó estas acciones afirmando que estas agencias actuaban en contra de los intereses estadounidenses y perpetuaban el antisemitismo, críticas que se alinean con las acusaciones de Israel hacia estas instituciones. Este contexto sugiere que la tensión entre Estados Unidos y la ONU podría intensificarse si se aprueban las nuevas legislaciones propuestas por los republicanos.
