El gobierno de Ucrania ha aprobado un acuerdo condicional con el Banco Federal de Financiamiento de EE. UU. (FFB) para un préstamo a 40 años por un total de 20.000 millones de dólares, que estará respaldado por los beneficios de los activos soberanos rusos congelados. Este movimiento forma parte de un paquete más amplio de préstamos por 50.000 millones de dólares, prometido por el G7, que incluye un compromiso adicional de 20.000 millones de euros por parte de la Unión Europea y 10.000 millones a ser distribuidos entre los miembros del G7, como Reino Unido, Japón y Canadá.
Los fondos se destinarán al Facilitador de Recursos para Invertir en el Fortalecimiento de Ucrania, un fondo intermediario financiero establecido por el Banco Mundial el 10 de octubre, según una resolución emitida por el gabinete de ministros de Ucrania. Este acuerdo se basa en un Certificado de Compra entre Ucrania, el FFB y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), junto con un acuerdo de garantía de préstamo y reembolso entre Ucrania y USAID.
Condiciones del préstamo y su contexto
El Ministerio de Finanzas de Ucrania emitirá un certificado de deuda al FFB, garantizado por USAID. Este préstamo, que tiene una tasa de interés anual del 1,3% más la tasa promedio actual de los bonos del Tesoro de EE. UU. a un año, se reembolsará utilizando los intereses generados por los activos soberanos rusos inmovilizados.
Desde el inicio del conflicto en Ucrania en febrero de 2022, EE. UU. y sus aliados han congelado aproximadamente 300.000 millones de dólares en activos del banco central ruso. En junio, los miembros del G7 se comprometieron a un préstamo de 50.000 millones de dólares para Kiev, con los activos rusos congelados como garantía, con el objetivo de ayudar a Ucrania a adquirir armamento y reconstruir la infraestructura dañada. Este acuerdo se finalizó en octubre.
Moscú ha denunciado repetidamente el congelamiento de activos como un acto de “robo” y ha argumentado que acceder a estos fondos sería ilegal y establecería un precedente peligroso. El Ministerio de Finanzas ruso ha advertido que tomará medidas de represalia que reflejen las acciones de Occidente contra los recursos de los inversores occidentales en el país.
Esta última medida se enmarca dentro de la estrategia de la actual administración estadounidense para reforzar el esfuerzo bélico de Kiev, que incluye un nuevo paquete de ayuda militar de 725 millones de dólares y otra ronda de sanciones contra Rusia. Este movimiento se produce en un contexto de creciente incertidumbre sobre los compromisos de Washington bajo la próxima presidencia de Donald Trump, especialmente después de que el presidente de la Cámara de Representantes de EE. UU., Mike Johnson, desestimara la solicitud del presidente Joe Biden de incluir 24.000 millones de dólares en ayuda adicional a Ucrania en un proyecto de ley de financiación del gobierno la semana pasada.