Izquierda Unida Federal ha denunciado y condenado clara y firmemente el golpe de Estado que se ha perpetrado en Bolivia en estos días contra el presidente Evo Morales, reelegido en octubre en unas elecciones democráticas. La victoria electoral, no reconocida por la derecha política, tampoco fue respetada por el ejército boliviano, quien violando la Constitución, obligó a Evo Morales a dimitir bajo las amenazas de desatar un baño de sangre. Evo Morales respondió al informe diciendo que estaba dispuesto a un nuevo recuento y auditoría electoral internacional, y después, cuando la derecha inició los disturbios, convocando elecciones otra vez. Pero los golpistas no esperaron más, porque el objetivo del golpe no era otro que impedir la continuidad del proceso democrático de cambios populares al servicio de las grandes mayorías sociales de Bolivia que se inició en 2005 con la primera victoria electoral del presidente Morales.
La OEA sobre el golpe, no ha dicho nada. IU ha denunciado también los motines registrados en diversos cuarteles policiales, así como la represión y la violencia desatada a través de los denominados Comités Cívicos de Potosí, Santa Cruz y otras ciudades, en realidad grupos paramilitares. Estos últimos están dirigidos, entre otros, por los ultraderechistas Fernando Camacho y Antonio Pumari, quienes exigieron desde el principio la intervención del Ejército, cuyos máximos responsables han incumpliendo el mandato y sus funciones constitucionales, dentro de una acción coordinada para conseguir la salida de Evo Morales del cargo de presidente. Ejercía el poder una élite despiadada que excluía a la mayoría indígena de la participación política y del ejercicio de los derechos humanos más elementales y mantenía en la pobreza al 80% de la población.
Contra esas políticas neoliberales se produjeron importantes movilizaciones y rebeliones populares que acabaron desarrollando un instrumento político y llevando al poder a Evo Morales en enero de 2006 desde el inicio de su independencia, Bolivia sufrió más de 200 golpes militares. El aumento de impuestos a las multinacionales permitió redistribuir la riqueza e impulsar políticas públicas que desarrollaron los derechos humanos de los ciudadanos. Se pretende acabar con las protestas con represión pura y dura, y la confrontación en Bolivia no ha hecho más que empezar. Ante estos gravísimos acontecimientos, la APyS de IU reclama tanto al Gobierno español como a todas las instancias de la Unión Europea que tome una posición activa para garantizar la paz, el diálogo y la democracia en Bolivia, al tiempo que les pedimos que expresen su firme condena al golpe de Estado.
Es de lamentar que con el precedente Guaidó haya animado a la golpista Añez a autoproclamarse en un parlamento semivacío, pues los diputados del MAS no acudieron por miedo a ser detenidos y la Constitución boliviana mandata la presencia obligada de 2/3 de sus miembros. De igual forma, la Asamblea Política y Social de IU solicita también al gobierno español y a la UE que inicien cuanto antes actuaciones eficaces para garantizar la protección a los altos cargos de la Administración de Morales y dirigentes del MAS, quienes están siendo detenidos y atacados hasta en sus propias viviendas por los violentos, con claro peligro para sus vidas y las de sus familias. Queremos advertir sobre el peligroso silencio internacional ante la violencia de los golpistas, que han asaltado la casa de Evo Morales e incendiado la de su hermana Esther. De estos delitos inaceptables tampoco han escapado varios ministros y gobernadores de territorios como Chuquisaca y Oruro, llegándose a producir también el secuestro de familiares de varios ministros, para forzarles a dimitir, así como de altos cargos de la Administración.
Varios miembros del Tribunal Supremo Electoral han sido detenidos y varios dirigentes del MAS son perseguidos, mientras decenas se encuentran escondidos o han pedido asilo político. IU quiere denunciar que formaciones políticas y medios de comunicación españoles, tan sensibles en otros casos en Iberoamérica, guardan ahora silencio frente a los asaltos contra televisiones públicas y radios populares bolivianas, cuyos profesionales sufren desde hace días acoso, amenazas y agresiones. Por todo ello, Izquierda Unida expresa su total solidaridad con el Gobierno de Evo Morales y los dirigentes del MAS, y lo extendemos a los movimientos sociales, de trabajadores/as y campesinos/as de Bolivia, perseguidos hoy por la derecha antidemocrática, integristas religiosos y fascistas violentos que no pueden aceptar una Bolivia para todos y quieren llevarla a un pasado tenebroso de injusticia social, discriminación racial y violencia del estado.
