¿Cómo puede afectar el síndrome de piernas inquietas a la calidad del sueño?

In Sociedad
agosto 08, 2024

La enfermedad de Willis-Ekbom, o síndrome de piernas inquietas (SPI), es un trastorno neurológico que produce el movimiento involuntario de las piernas, agudizándose en situaciones de reposo, especialmente durante la noche, dificultando la conciliación del sueño profundo. Si no se ponen las medidas necesarias, es habitual que desemboque en otros problemas de carácter metabólico, cardiovascular, así como otros de carácter psicológico como la ansiedad o la depresión.

Se trata de una perturbación fisiológica que causa una fuerte necesidad de mover las piernas por una aguda sensación de incomodidad que impide el descanso nocturno, causando el movimiento alivio a la molestia temporalmente. Ocurre normalmente cuando llega la tarde o cae la noche, habitualmente, cuando los afectados están sentados o acostados. Puede aparecer a cualquier edad y tiende a empeorar con los años, por lo que es necesario consultar con el médico, además de tomar unas sencillas medidas de autocuidado y llevar un estilo de vida que ayude a aliviar los síntomas en la medida de lo posible, pues no tiene cura y es necesario aprender a convivir con ella.

Por ejemplo, el uso de toppers para el colchón alivia los síntomas de las piernas inquietas al proporcionar una superficie de descanso y de apoyo más cómoda. Contribuyen a un sueño reparador gracias a la distribución uniforme del peso, al aporte extra de amortiguación, a la mejora de la circulación, la reducción de la transferencia del movimiento y la relajación muscular que promueven: descubre aquí el topper colchón que mejor se ajusta a tus necesidades.

Impacto negativo del síndrome de piernas cansadas en el descanso

El síndrome de piernas inquietas afecta muy negativamente al sueño y, por tanto, merma la calidad de vida del paciente y a su bienestar durante el día, por las siguientes razones.

Dificultad para conciliar el sueño

El reposo intensifica el malestar en las piernas, por lo que al acostarse dificulta enormemente la capacidad para conciliar el sueño.

Despertares nocturnos frecuentes

Las personas con SPI se despiertan constantemente durante la noche debido a la necesidad de mover las piernas para aliviar las molestias, interrumpiendo los ciclos normales del sueño.

La interrupción frecuente del descanso reduce la calidad y la cantidad del sueño profundo y sueño REM, que son dos fases cruciales para conseguir una correcta restauración física y mental.

Fatiga diurna y disminución del rendimiento cognitivo

Por falta de capacidad para dormir de forma reparadora durante la noche, se sufre cansancio y somnolencia en las horas diurnas, mermando la capacidad de concentración y el rendimiento ante cualquier tipo de actividad o tarea.

No dormir lo suficiente también afecta a la memoria, dificulta la toma de decisiones y otras funciones cognitivas, impactando muy negativamente no solo en el rendimiento físico, sino también en el mental.

Problemas con el estado de ánimo

Este problema va a generar dificultades en el de estado de ánimo, apareciendo con frecuencia la irritabilidad, la ansiedad y la depresión. Además, es habitual caer en un círculo vicioso del que es difícil salir, ya que la anticipación de una noche de mal sueño genera estrés y este, a su vez, tiende a empeorar los síntomas del SPI.

Impacto en la salud general

Además de sufrir este trastorno, como consecuencia de la privación del sueño de forma crónica, suelen aparecer otras enfermedades asociadas, entre las que se incluyen las afecciones cardiovasculares, la diabetes y la obesidad.

Para mitigar en la medida de lo posible estos efectos negativos, es importante adoptar hábitos de sueño saludables y consultar con los profesionales de la salud. Entre los tratamientos que ayudan en mayor medida se encuentran los cambios en el estilo de vida, las terapias físicas, los medicamentos y las técnicas de relajación. Consultar a un profesional de la salud para que estudie al caso concreto es crucial para desarrollar un plan de tratamiento adecuado.

Causas de la enfermedad de Willis-Ekbom

Aunque a día de hoy el síndrome de las piernas inquietas no tiene una causa conocida, las investigaciones llevadas a cabo señalan que puede deberse a un desequilibrio de la dopamina, sustancia química del cerebro encargada de enviar mensajes para controlar el movimiento muscular.

En los casos en los que la afección comienza antes de los 40 años, suele tener un carácter hereditario. Durante el embarazo o los cambios hormonales es frecuente que se empeoren los síntomas del síndrome de las piernas inquietas, de hecho, algunas mujeres lo experimentan por primera vez durante la gestación, especialmente durante el último trimestre. En muchos de estos casos, los síntomas tienden a desaparecer después del parto.

Usualmente, no está relacionado con una enfermedad grave subyacente, aunque a veces se presenta con otras afecciones, como neuropatía periférica, falta de hierro, insuficiencia renal, lesiones en la médula espinal o la enfermedad de Parkinson.

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Escritor profesional, autor de novela, cuentos y relatos, algunos premiados. Columnista en diversos medios. Creador de contenidos, redactor y copywriter.