
La propuesta de Elon Musk y Vivek Ramaswamy de eliminar las opciones de trabajo remoto para el 94% de los empleados federales, con la intención de fomentar renuncias y reducir así el gasto del gobierno en trillones de dólares, podría tener repercusiones inesperadas. Un estudio reciente de la Universidad de Pittsburgh sugiere que las políticas de retorno a la oficina (RTO) implementadas por varias empresas de tecnología y finanzas han resultado en la pérdida de empleados altamente cualificados y con experiencia.
El trabajo de investigación, liderado por el profesor asociado de administración de empresas Mark Ma y su equipo, analizó 54 compañías del S&P 500 que establecieron mandatos de RTO entre abril de 2020 y junio de 2023. A través de 3 millones de perfiles de LinkedIn, se observó que la tasa de salidas de empleados aumentó un 14% tras la implementación de estas políticas, siendo los más afectados aquellos con más habilidades y experiencia, incluyendo un número significativo de mujeres y gerentes de nivel medio a alto.
Para muchos trabajadores con currículos extensos, especialmente aquellas mujeres que además gestionan responsabilidades familiares, existen oportunidades laborales más flexibles en el mercado. Ma subraya que las personas que suelen dejar sus puestos son aquellas que encuentran alternativas más atractivas, lo que representa un desafío considerable para las empresas que buscan retener a su talento más valioso.
Implicaciones para la Administración Pública
Las conclusiones de este estudio son particularmente relevantes para los planes de Musk y Ramaswamy en el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), que busca reducir el «desperdicio gubernamental» en 2 billones de dólares. Uno de los primeros pasos en su agenda es reducir el número de empleados públicos mediante la implementación de medidas de vigilancia y reglas de trabajo en persona que, de acuerdo con Ma, podrían provocar una fuga de talento hacia el sector privado.
Este aumento en la rotación de empleados no solo es costoso en términos de recursos, sino que también afecta la operativa de las empresas. Según el análisis, el tiempo necesario para cubrir vacantes aumentó un 23% en comparación con los niveles anteriores a la RTO, mientras que las tasas de contratación disminuyeron en un 17%. La situación se complica aún más, dado que los nuevos contratados suelen recibir salarios más altos que sus colegas existentes, lo que genera un descontento adicional dentro de la plantilla.
Empresas como Amazon y Sam’s Club han tomado la delantera en la exigencia de que sus empleados regresen a la oficina, con el argumento de que estas medidas fortalecen la cultura corporativa. Sin embargo, un estudio reciente indica que más del 70% de los trabajadores de Amazon considerarían dejar la empresa tras la decisión de implementar un mandato de trabajo en oficina cinco días a la semana. Este tipo de presión podría llevar a una mayor deserción entre los empleados más experimentados, creando un ciclo de inestabilidad que podría perjudicar a largo plazo la estructura de la compañía.
La experiencia de Cheryl Ainoa, exdirectora de tecnología de Sam’s Club, quien dejó su puesto tras negarse a reubicarse a la sede central de Walmart en Bentonville, Arkansas, resalta esta tendencia. Su renuncia, aunque presentada como una decisión personal, es emblemática de una problemática más amplia que afecta a la alta dirección en empresas que implementan políticas de RTO.