El caso de Iñigo Errejón continúa generando expectación tras las recientes declaraciones realizadas durante el juicio. En la última sesión, las versiones de los implicados se vieron marcadas por acusaciones recíprocas y un ambiente tenso que complicó la búsqueda de la verdad. Errejón insistió en que los hechos que se le imputan fueron consensuados, mientras que la actriz Elisa Mouliaá sostuvo que sufrió agresiones que han afectado gravemente su vida.
Durante su testimonio, Mouliaá reveló que la noche de los hechos había consumido alcohol y sugirió la posibilidad de haber sido drogada, afirmando: «No lo descarto». Su abogado, Alfredo Arrien, enfatizó la necesidad de que la defensa demuestre el estado de embriaguez de su clienta. Por su parte, Errejón descalificó las acusaciones, señalando que todo lo ocurrido fue consentido. La acusación popular, representada por Jorge Piedrafita, criticó la actitud del político, describiéndola como fría y evasiva, y le reprochó el uso de un lenguaje inapropiado al referirse a los hechos.
Desarrollo del juicio
El ambiente en la sala se tornó aún más tenso cuando la defensa de Errejón anunció la presentación de mensajes de Instagram intercambiados entre ambos durante los dos años posteriores al incidente, argumentando que estos contradicen la versión de Mouliaá. En respuesta, la actriz solicitó la declaración de testigos que estuvieron presentes en la fiesta, así como la comparecencia de su terapeuta, quien podría corroborar el impacto emocional que los hechos tuvieron sobre ella. Piedrafita, abogado de la acusación, sugirió que Errejón había preparado su relato cuidadosamente y que, aunque coincidía en algunos aspectos con la versión de Mouliaá, su defensa se centraba en el consentimiento. El juez, por su parte, instó al acusado a aclarar su testimonio, advirtiendo sobre la ambigüedad de algunas de sus respuestas.
