La peligrosa vuelta a la masculinidad agresiva en las tecnológicas de EE UU

In Ciencia y Tecnología
marzo 03, 2025

Un Cambio Cultural en la Tecnología y la Masculinidad

En las últimas semanas, ha emergido un fenómeno inquietante en el panorama tecnológico de Estados Unidos. La decisión de grandes plataformas como Facebook de eliminar los filtros que moderaban la difusión de mensajes de odio ha suscitado preocupaciones. Comentarios despectivos hacia comunidades vulnerables, como los musulmanes, podrían ahora circular sin penalización alguna. Este cambio de política es alarmante, especialmente teniendo en cuenta el papel que las redes sociales han jugado en incidentes trágicos, como el genocidio de los rohinyás en Myanmar en 2017. La forma en que los algoritmos afectan la polarización social tiene repercusiones significativas y tangibles en nuestra realidad cotidiana.

Paralelamente, se observa un cambio de paradigma cultural que podría ser aún más insidioso. Mark Zuckerberg, CEO de Meta, ha manifestado su deseo de que la «masculinidad» regrese a las empresas, sugiriendo incluso una vuelta a la agresividad en el entorno laboral. Este tipo de retórica, en un contexto global frágil, plantea serias inquietudes sobre la posibilidad de desmantelar décadas de avances en el ámbito de la igualdad de género y la construcción de un entorno laboral más inclusivo. Aunque valores como el coraje y el honor son positivos, la versión de masculinidad promovida por figuras como Trump y Musk, caracterizada por la arrogancia y el espectáculo, refleja más inseguridades que verdaderas fortalezas. Este enfoque puede ser perjudicial, pues perpetúa estereotipos dañinos que afectan tanto a hombres como a mujeres.

Es fundamental señalar que la promoción de una masculinidad tóxica tiene efectos devastadores en la salud mental de los hombres. La estigmatización de la búsqueda de ayuda psicológica es un síntoma de un problema sistémico más amplio. Mientras que es habitual que las mujeres busquen apoyo para lidiar con la ansiedad o la depresión, muchos hombres aún se sienten presionados a ocultar sus emociones. Este fenómeno no es solo un problema individual, sino que se manifiesta en estadísticas preocupantes: en 2023, el 74% de las personas que se suicidaron en España fueron hombres. Esta realidad plantea una reflexión sobre qué tipo de masculinidad se está promoviendo y si realmente representa un avance o un retroceso en nuestra sociedad. En un momento en que la empatía y la conexión emocional son más necesarias que nunca, es crucial resistir la tentación de volver a modelos obsoletos que no benefician a nadie.

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