
En el contexto actual de la salud global, la falta de acceso a servicios básicos de atención médica es una realidad que afecta a una gran parte de la población en los países de ingresos bajos y medios (PMIM). Esta problemática se ve exacerbada por la presencia de equipos médicos en estado de obsolescencia o que simplemente no funcionan, lo que se traduce en lo que algunos expertos han denominado «cementerios de equipos». Así lo explica Nevan Hanumara, investigador del Departamento de Ingeniería Mecánica del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), quien ha estado analizando los sistemas de atención médica en estas regiones.
Los desafíos que enfrentan los ingenieros biomédicos locales son múltiples. Desde el diseño de equipos que no están adaptados a las condiciones extremas de calor, humedad y suministro eléctrico irregular, hasta la escasez de profesionales cualificados en áreas rurales, el mantenimiento de estos dispositivos se convierte en una tarea casi imposible.
Una solución desde el terreno
Con el objetivo de abordar esta problemática, Hanumara, junto a Leroy Sibanda, graduado en ingeniería y gestión, y Anthony Pennes, instructor técnico en el MIT, han desarrollado un proyecto innovador denominado «Biomed Lab in a Box». Este kit busca capacitar a los ingenieros biomédicos locales en el diseño y mantenimiento de equipos médicos a través de un programa educativo práctico.
El equipo llevó a cabo cursos de innovación biomédica en la Universidad Kenyatta de Nairobi, Kenia, y la Universidad de Ciencia y Tecnología de Mbarara, Uganda, donde los estudiantes participaron en actividades que integran teoría y práctica. A través de módulos de aprendizaje, los alumnos se enfrentaron a los retos reales de la ingeniería biomédica, tales como la debilidad de las señales, el ruido ambiental y la precisión en el ensamblaje.
Uno de los aspectos destacados del programa es la fabricación local de los kits, realizada en Nairobi por Gearbox Europlacer, que cuenta con la única línea de circuitos automatizada en África Oriental. Este enfoque no solo fomenta la capacidad local, sino que también permite a los estudiantes acceder a piezas de repuesto y materiales de manera más eficiente, evitando así la dependencia de suministros internacionales que pueden tardar meses en llegar.
El objetivo de estos cursos es empoderar a los futuros ingenieros biomédicos para que desarrollen tecnologías de salud que sean contextualmente apropiadas y que mejoren la atención sanitaria en sus comunidades. Los estudiantes han expresado su entusiasmo por la formación recibida, destacando la importancia de conectar los conceptos teóricos con aplicaciones prácticas que pueden marcar la diferencia en su entorno.
Este tipo de iniciativas son fundamentales para cerrar la brecha de conocimiento y habilidad en el ámbito de la ingeniería biomédica en los PMIM, y representan un paso hacia un futuro más sostenible en el cuidado de la salud a nivel local. Así, el «Biomed Lab in a Box» se presenta como un ejemplo de cómo la educación práctica y el diseño colaborativo pueden transformar realidades, ofreciendo a los estudiantes las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos que su entorno les plantea.