El gobierno de Nueva Delhi ha enviado una delegación a Nueva York con el objetivo de conseguir el apoyo internacional para condenar a The Resistance Front (TRF) como organización terrorista. Esta iniciativa surge tras el ataque en Cachemira en abril, que provocó un aumento de las hostilidades entre India y Pakistán, y que dejó un saldo trágico de 26 muertos, en su mayoría turistas.
Según informes de medios locales, la delegación india se encuentra en Nueva York para reunirse con el Equipo de Monitoreo del Comité de Sanciones 1267 de la ONU, así como con representantes de otros países socios de la organización. El diario Indian Express ha señalado que esta estrategia busca fortalecer la posición de India en el ámbito internacional respecto a la lucha contra el terrorismo.
Contexto del conflicto y acusaciones a TRF
Las autoridades indias han enfatizado la importancia de la declaración del Consejo de Seguridad de la ONU del 25 de abril, que subraya la necesidad de “hacer responsables a quienes cometen actos terroristas, incluidos los perpetradores, organizadores, financiadores y patrocinadores”. En este contexto, los funcionarios indios han argumentado que sus acciones deben ser interpretadas a la luz de este pronunciamiento.
El TRF, que se cree está vinculado a Lashkar-e-Taiba (LeT), un grupo terrorista con base en Pakistán, se atribuyó inicialmente la responsabilidad del ataque en Pahalgam. Sin embargo, posteriormente, el grupo se distanció de dicho ataque, lo que ha generado confusión y controversia. Las investigaciones llevadas a cabo por Nueva Delhi han revelado supuestos vínculos de comunicación entre el TRF y Pakistán, y han señalado que las afirmaciones del grupo, así como su difusión en redes sociales por cuentas asociadas a LeT, son autoincriminatorias.
Recientemente, se ha informado que las fuerzas de seguridad indias en el territorio de Jammu y Cachemira han eliminado a tres miembros clave del TRF, incluyendo a su comandante local. Este desarrollo se enmarca en una serie de acciones que India ha llevado a cabo en respuesta a la escalada de violencia en la región.
La situación en Cachemira sigue siendo un punto álgido en las relaciones entre India y Pakistán, y la búsqueda de apoyo internacional por parte de Nueva Delhi refleja la complejidad del conflicto y la necesidad de abordar el terrorismo desde una perspectiva global.
