
MANAUS, Brasil — Los objetivos medioambientales de Brasil sufrieron un grave revés en mayo, con un aumento del 92% en la deforestación de la Amazonía en comparación con el mismo mes del año anterior, según datos oficiales de monitoreo publicados el pasado viernes. Este incremento pone en riesgo los esfuerzos por revertir la tendencia a la baja en la tala de bosques que se había observado desde 2023, cuando el presidente Luiz Inácio Lula da Silva asumió su tercer mandato.
Datos alarmantes sobre la deforestación
Durante este periodo, la pérdida de bosque alcanzó los 960 kilómetros cuadrados, una superficie ligeramente mayor a la de la ciudad de Nueva York. Este es el segundo total más alto para mayo desde que se implementó el actual sistema de monitoreo en 2016. Además, en los últimos diez meses, la deforestación ha aumentado un 9.7% en comparación con el mismo período del año anterior, lo que genera serias preocupaciones sobre el futuro de la Amazonía.
El sistema de monitoreo de Brasil evalúa la deforestación desde el 1 de agosto hasta el 30 de julio. La proyección de la tasa de deforestación para 2025, que es supervisada por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales, se anunciará justo antes de las negociaciones climáticas de la ONU, programadas para noviembre en la ciudad amazónica de Belém.
Brasil se encuentra entre los diez principales emisores de gases de efecto invernadero del mundo, contribuyendo aproximadamente con un 3% de las emisiones globales, según la organización sin ánimo de lucro Climate Watch. Casi la mitad de estas emisiones provienen de la deforestación, lo que convierte a la lucha contra este fenómeno en un aspecto crítico para cumplir con los compromisos de Brasil bajo el Acuerdo de París de 2015.
La Amazonía, que abarca un área casi dos veces superior a la de India, alberga la selva tropical más grande del mundo, de la cual aproximadamente dos tercios se encuentran en Brasil. Esta vasta región no solo almacena enormes cantidades de dióxido de carbono, sino que también contiene alrededor del 20% del agua dulce del planeta y es el hogar de cientos de tribus indígenas, algunas de las cuales viven en aislamiento, así como de 16,000 especies de árboles conocidas.