
La presión estética y la dualidad de Instagram y TikTok en la juventud
La relación de los jóvenes con las redes sociales ha tomado un giro complejo en la última década, especialmente en lo que respecta a plataformas como Instagram y TikTok. Rafael Ignacio Ojeda, estudiante de 20 años en un prestigioso college de Massachusetts, ha manifestado su sorpresa al escuchar a sus compañeras hablar sobre las presiones que sienten al utilizar Instagram. En sus palabras, el algoritmo de esta red social no solo le presenta imágenes de cuerpos ideales, sino que también exacerba la ansiedad al comparar su vida con la de otros. Por su parte, Amparo Willi, otra estudiante de 20 años, comparte cómo su experiencia en Instagram se ha vuelto una lucha constante con la estética, donde cada publicación se convierte en un proceso meticuloso de validación a través de la opinión de sus amigas. Esta inseguridad es común entre las jóvenes, quienes se ven atrapadas en una dinámica que prioriza una imagen perfecta por encima de la autenticidad.
A diferencia de Instagram, TikTok ofrece un espacio donde la presentación personal parece más relajada y auténtica. Las jóvenes reportan que en TikTok se sienten menos juzgadas y más libres para mostrar su verdadero yo, aunque también reconocen que existe una presión implícita por mantener un estándar de calidad en sus publicaciones. Janira Planes, especialista en cultura digital, destaca que TikTok se centra en la interacción y la conversación, mientras que Instagram se percibe como un escaparate de vidas idealizadas, donde la presencia de familiares y colegas aumenta la sensación de juicio. Esta diferencia en la percepción de ambas plataformas afecta la manera en que las jóvenes construyen su identidad online y cómo se relacionan con su audiencia.
Sin embargo, la experiencia en Instagram también ha llevado a algunas jóvenes a establecer límites para proteger su salud mental. Georgina Panella, estudiante de Comunicación, relata cómo ha reducido su número de seguidores y ha desactivado la opción de ver cuántos «me gusta» reciben sus publicaciones. Esta búsqueda de autenticidad se contrapone a las dinámicas que fomentan la validación externa, donde la cantidad de «me gusta» se convierte en un indicador de éxito personal. La psicóloga Laura Esquinas señala que la vulnerabilidad ante estas plataformas depende en gran medida de cómo las jóvenes han desarrollado su autoestima a lo largo de sus vidas. En última instancia, el uso consciente de las redes sociales, así como la educación sobre su impacto, se presentan como herramientas necesarias para navegar en un entorno digital que, aunque ofrece oportunidades de expresión, también puede ser perjudicial para la salud mental de los jóvenes.