
El Secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, ha instado recientemente a China a intervenir para evitar que Irán cierre el estratégico estrecho de Ormuz, un punto clave para el comercio global de petróleo. Durante una entrevista en Fox News, Rubio enfatizó la dependencia de China del estrecho para su suministro de crudo, ya que este país es el principal consumidor de petróleo iraní.
La advertencia de Rubio se produce en un contexto de creciente tensión, tras los recientes ataques aéreos de EE. UU. que han impactado en instalaciones nucleares iraníes. En respuesta, el ministro de Relaciones Exteriores de Irán ha declarado que «reservamos todas las opciones para defender nuestra soberanía». De hecho, los medios estatales iraníes informaron que el parlamento del país ha respaldado la posibilidad de cerrar el estrecho, aunque la decisión final depende del consejo de seguridad nacional.
Consecuencias económicas del cierre del estrecho
El cierre del estrecho de Ormuz, que atraviesa un área crítica entre Irán y Omán, podría tener repercusiones drásticas para la economía global. En 2024, se estima que alrededor de 20 millones de barriles de petróleo, lo que representa el 20% del consumo mundial, transitaron por esta vía, según la Administración de Información Energética de EE. UU.
Si Irán decidiera cerrar el estrecho durante un período prolongado, los precios del petróleo podrían dispararse por encima de los 100 dólares por barril, según pronósticos de Goldman Sachs y la firma consultora Rapidan Energy. Irán, siendo el tercer mayor productor de petróleo en la OPEP, bombea 3.3 millones de barriles por día, de los cuales al menos 1.6 millones son exportados, en su mayoría hacia China.
Rubio ha calificado como «un suicidio económico» cualquier intento de Irán de bloquear esta ruta vital. En sus declaraciones, dejó claro que EE. UU. mantiene opciones para responder a cualquier acción de este tipo, sugiriendo que las consecuencias podrían afectar más gravemente a las economías de otros países que a la estadounidense.
La Quinta Flota de EE. UU. está desplegada en Bahréin, con la misión de proteger el comercio marítimo en el Golfo Pérsico. Aunque generalmente se cree que la Armada de EE. UU. actuaría rápidamente para desmantelar cualquier intento iraní de interrumpir el tráfico en el estrecho, algunos analistas advierten que el mercado puede subestimar los riesgos asociados. Bob McNally, fundador de Rapidan Energy y exasesor energético del presidente George W. Bush, ha señalado que el envío de petróleo podría verse interrumpido durante semanas o incluso meses, en lugar de las horas o días que muchos piensan.