
El parlamento iraní ha votado a favor de cerrar el estratégico estrecho de Ormuz, una decisión que, aunque aún debe ser ratificada por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional del país, refleja la creciente tensión en la región tras los recientes ataques aéreos de Estados Unidos sobre instalaciones nucleares en Irán. Este escenario no solo tiene implicaciones regionales, sino que también podría alterar significativamente los mercados energéticos globales.
El estrecho de Ormuz, que se sitúa entre Irán y Omán, es un pasaje marítimo crucial para el comercio de petróleo, representando aproximadamente el 20% del tráfico global de petróleo y gas. La posibilidad de un cierre, aunque temporal, ha suscitado alarmas en la industria energética internacional. Expertos como George Saravelos, jefe de investigación de divisas de Deutsche Bank, advierten que, en un escenario extremo de bloqueo total, los precios del petróleo podrían superar los 120 dólares por barril. Esta posibilidad podría desencadenar un aumento drástico en los costos de transporte y retrasos significativos en el suministro.
Consecuencias económicas y geopolíticas
Mohamed El-Erian, asesor económico en Allianz, ha señalado las graves repercusiones que podría tener esta situación sobre una economía global ya frágil. En una entrevista con la BBC, destacó que el cierre del estrecho representaría un nuevo golpe al orden económico global liderado por Estados Unidos, que enfrenta cada vez más presiones. La inquietud en el sector marítimo también ha crecido, con la Asociación Marítima Báltica y Internacional (BIMCO) señalando que el conflicto entre Israel e Irán ha llevado a muchos barcos a evitar el estrecho de Ormuz, lo que ha resultado en una disminución en el número de embarcaciones que transitan por esta vía vital.
La incertidumbre sobre el futuro de la región es palpable. Niu Xinchun, profesor en el Instituto de Investigación China-Árabe de la Universidad de Ningxia, ha declarado que la situación se encuentra fuera del control de Estados Unidos tras los recientes ataques. A pesar de que el presidente estadounidense, Donald Trump, ha afirmado que se trató de un ataque único con la esperanza de volver a la mesa de negociaciones, el futuro es incierto. Irán podría llevar a cabo una serie de acciones militares en respuesta, no solo contra las fuerzas estadounidenses en la región, sino también contra Israel y otras áreas estratégicas.
Además, el régimen iraní ha dejado entrever la posibilidad de retirarse del Tratado de No Proliferación Nuclear y avanzar en el desarrollo de armas nucleares, lo que complicaría aún más la situación geopolítica. La magnitud de las acciones que Irán podría emprender en los próximos días es incierta, pero lo que es claro es que la región se enfrenta a una etapa de alta volatilidad y tensión.