
Los precios del petróleo experimentaron una caída significativa el pasado martes tras las declaraciones del ex presidente Donald Trump, quien afirmó que China puede continuar comprando petróleo a Irán. Este anuncio sugiere un posible relajamiento de la campaña de máxima presión de Estados Unidos sobre la República Islámica, en el contexto de un alto el fuego alcanzado con Israel.
El crudo Brent, referencia global en los mercados, disminuyó en 4,06 dólares, un 5,68%, alcanzando los 67,42 dólares por barril. Por su parte, el petróleo crudo estadounidense se situó en 64,63 dólares, con una caída de 3,88 dólares, también en torno al 5,66%. Estos descensos se producen en un contexto donde los inversionistas apuestan por una desescalada del conflicto en Oriente Medio.
Contexto geopolítico y reacciones
Trump, en su plataforma social Truth Social, expresó: «China puede ahora continuar comprando petróleo de Irán. Espero que también estén comprando mucho de EE.UU. ¡Fue un gran honor hacer esto posible!» Esta postura contrasta con su amenaza anterior de mayo, donde advirtió sobre sanciones a cualquier país que comprara petróleo iraní. Cabe destacar que China es el principal comprador del crudo iraní, importando la mayor parte de los 1,7 millones de barriles que Irán exporta diariamente, según datos de Kpler.
Analistas del sector, como Matt Smith, sugieren que Trump ha mostrado reticencia a eliminar el suministro iraní del mercado, considerando el impacto que tendría en los precios del petróleo. Ahora, al parecer, su enfoque se centra en estabilizar los precios del crudo, especialmente tras la reciente disminución de las capacidades nucleares de Irán. Los precios del petróleo han caído a niveles que no se veían desde antes de que Israel comenzara su campaña de bombardeos sobre Irán el pasado 13 de junio, lo que ha llevado a los inversores a creer que la posibilidad de una interrupción importante del suministro en la región es baja.
La decisión de Estados Unidos de unirse a Israel en el bombardeo de tres sitios nucleares clave en Irán generó inicialmente temores sobre una posible represalia que pudiera afectar las exportaciones de petróleo desde el Golfo Pérsico. Sin embargo, en lugar de eso, Irán lanzó un ataque con misiles contra una base aérea estadounidense en Qatar, que no dejó víctimas y permitió una salida a la escalada del conflicto. Posteriormente, Trump anunció un acuerdo de alto el fuego entre Israel e Irán.
A pesar de este acuerdo, la situación se volvió tensa nuevamente, ya que Trump acusó a ambas partes de violar el alto el fuego poco después de su implementación. El ex presidente, en su discurso, expresó su disconformidad con Israel, señalando: «No estoy contento con Israel. No estoy contento con Irán, pero estoy realmente descontento si Israel continúa su campaña de bombardeos.» Durante este período de conflicto, los operadores del mercado temían que Israel pudiera dirigirse a los 3,3 millones de barriles diarios de crudo que Irán produce, o que Irán respondiera atacando infraestructuras energéticas en las naciones del Golfo, incluyendo Irak.
La atención de los inversores también se centró en la posibilidad de que Irán intentara cerrar el estrecho de Ormuz, un pasaje clave que conecta el Golfo Pérsico con el Golfo de Omán, y que es vital para el transporte del 20% del petróleo mundial. Este estrecho es utilizado por embarcaciones que transportan crudo no solo iraní, sino también de otros importantes productores como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Kuwait y Bahréin.