
Tormenta en Texas provoca inundaciones mortales
Más de 30 centímetros de lluvia cayeron en el condado de Kerr, en el corazón de la región de Texas Hill Country, durante unas pocas horas en la madrugada del viernes, lo que generó inundaciones repentinas que sorprendieron a los residentes. Este fenómeno meteorológico, alimentado por una cantidad extraordinaria de humedad en el aire, resultó en la pérdida de más de dos docenas de vidas y numerosos rescates. Según meteorólogos, la tormenta se desarrolló en un entorno que favoreció la acumulación de agua, exacerbando los riesgos en un área que, aunque históricamente propensa a inundaciones, experimentó una de las peores tormentas en años.
La conexión entre el cambio climático y estos eventos climáticos extremos es un tema de creciente interés. Expertos en meteorología han señalado que un clima más cálido, resultado de la actividad humana, permite a la atmósfera contener más humedad, lo que, a su vez, posibilita que tormentas como la que azotó Texas arrojen cantidades inusuales de lluvia. Shel Winkley, meteorólogo de Climate Central, explicó que el aumento de la temperatura atmosférica ha cambiado la naturaleza de los eventos de lluvia, que ahora tienden a ser más intensos y localizados, en lugar de ser uniformes.
Además, la geografía de Texas Hill Country contribuyó a la rapidez con que el agua se acumuló. La combinación de su terreno accidentado y la naturaleza dura del suelo, que había estado seco por un período de sequía, dificultó la absorción del agua. Brett Anderson, meteorólogo senior de AccuWeather, destacó que este tipo de suelo actúa como una superficie dura, lo que ocasiona que el agua se desplace rápidamente hacia los cauces de los ríos, aumentando el riesgo de inundaciones. La conjunción de estos factores climáticos y geográficos ha llevado a la conclusión de que, aunque eventos de lluvia intensa pueden ser menos frecuentes, cuando ocurren, su gravedad se ve intensificada por la crisis climática actual.