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El proyecto ‘Project Brave’ tiene como objetivo establecer un servicio de ferry para pasajeros y carga entre Escocia y Francia. Sin embargo, el inicio de esta iniciativa todavía se encuentra en el aire, sin movimientos concretos hacia su lanzamiento.
El servicio planeado ofrecería tres salidas semanales desde el puerto de Rosyth, cerca de Edimburgo, hacia Dunkerque, Francia. Las propuestas para este servicio de ferry fueron planteadas por primera vez en 2022, pero se estancaron debido a la falta de financiación.
Recientemente, han resurgido las conversaciones sobre la financiación de la iniciativa, ya que sus defensores argumentan que esta conexión tendría enormes beneficios económicos, tanto en el transporte de pasajeros como en el movimiento de mercancías. Para los turistas, esta opción de viaje proporcionaría una alternativa conveniente, permitiendo incluso llevar un vehículo a bordo, lo que ofrecería mayor flexibilidad en el destino final. Además, al ser una alternativa al transporte por carretera y aéreo, se alinearía con los objetivos de reducción de emisiones de carbono.
Neale Hanvey, exlíder del partido Alba, ha manifestado: “La industria está de acuerdo y los operadores de ferry están listos para ofrecer una ruta, pero el gobierno escocés carece del valor necesario para apoyar el Project Brave”. Hanvey también ha cuestionado qué se puede hacer para animar al gobierno escocés a invertir una cantidad modesta de financiación inicial que podría generar beneficios económicos y medioambientales para todos en el Reino Unido.
Retos en el camino hacia la implementación
Si el servicio llegara a concretarse, se trataría de un trayecto de aproximadamente 20 horas, convirtiéndose en uno de los viajes marítimos más largos de Europa. El cruce más largo actualmente es el que conecta Portsmouth, en el Reino Unido, con Bilbao, España, y dura entre 27 y 30 horas.
Escocia disfrutó de una conexión de ferry directa con Europa desde 2002, cuando se estableció una ruta a Zeebrugge, en Bélgica, desde Rosyth. Esta conexión, operada por Superfast Ferries, ofrecía un cruce nocturno de alrededor de 17 horas, con salidas de cuatro veces por semana. Sin embargo, la preocupación por la falta de carga llevó a una reducción de la frecuencia de los viajes en 2005, y en 2008, el servicio se interrumpió por completo.
A pesar de los fracasos anteriores, Norfolkline, una subsidiaria de la empresa danesa DFDS, reanudó el servicio en 2009, aunque este tampoco duró mucho, ya que se suspendió en 2010 por la misma razón de la insuficiente demanda. DFDS continuó operando un servicio solo de carga hasta 2018, cuando se cerró tras un incendio en su barco de carga.
Actualmente, aunque hay cierto apoyo para el nuevo servicio de ferry entre Rosyth y Dunkerque, su lanzamiento enfrenta varios obstáculos. Según el Dunfermline Press, la fecha de lanzamiento original prevista para la primavera de 2025 ha sido retrasada, ya que DFDS está buscando subvenciones del gobierno escocés para ayudar a poner en marcha la ruta. Sin embargo, cuando DFDS intentó obtener financiación anteriormente, Transport Scotland concluyó que subsidios de este tipo podrían considerarse «anticompetitivos».
En noviembre, el diputado Graeme Downie afirmó que se necesitaban 3 millones de libras esterlinas (3,6 millones de euros) en financiación, añadiendo que se estima que el enlace directo inicialmente transportaría a 51,000 pasajeros al año, cifra que podría aumentar a 79,000, generando un gasto adicional de 11,5 millones de libras esterlinas (14 millones de euros) para la economía escocesa.
Un portavoz de DFDS ha indicado que continúan dialogando con el gobierno escocés y que las conversaciones sobre “los problemas prácticos que deberán resolverse antes de que se pueda introducir cualquier nuevo servicio de ferry” siguen en curso. Al respecto, se contempla que el plazo actual se sitúa en la segunda mitad de 2025.