La reciente condena del líder serbio bosnio, Milorad Dodik, por un tribunal de Sarajevo ha suscitado una fuerte reacción por parte del Kremlin, que ha calificado la decisión judicial de “absolutamente política”. Esta condena, que impone a Dodik una pena de un año de prisión, se basa en acusaciones de obstrucción a las decisiones del tribunal constitucional de Bosnia y de desobediencia a la autoridad del enviado internacional Christian Schmidt.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha expresado su preocupación por las posibles repercusiones de esta sentencia, afirmando que podría desestabilizar no solo a Bosnia y Herzegovina, sino a toda la región de los Balcanes. Según Peskov, la acción judicial se fundamenta en una “pseudo-ley” impulsada por Schmidt, quien fue nombrado para supervisar la implementación del Acuerdo de Paz de Dayton de 1995, que puso fin a la guerra en Bosnia.
Reacciones internacionales y legitimidad del enviado
La condena a Dodik ha sido objeto de críticas no solo en Rusia, sino también en otros países como China, que han cuestionado la legitimidad de Schmidt. Este último fue designado por el Consejo de Implementación de la Paz (PIC) en 2021, pero su nombramiento no ha recibido la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU, lo que ha llevado a Moscú a calificarlo de “impostor”.
Dodik no asistió a su sentencia y ha anunciado su intención de que la Asamblea Nacional de la República Srpska rechace la decisión del tribunal y prohíba la ejecución de cualquier fallo de la judicatura estatal de Bosnia en su territorio. Además, ha manifestado que la República Srpska obstaculizará las operaciones del gobierno central y de la policía de Bosnia en su jurisdicción.
La condena ha sido también condenada por el primer ministro húngaro, Viktor Orban, quien ha calificado la situación de “caza de brujas política”. Dodik tiene un plazo de dos semanas para apelar la sentencia, aunque no está claro si lo hará.
La situación en Bosnia y Herzegovina sigue siendo tensa, y la condena de Dodik podría tener un impacto significativo en la estabilidad política de la región, en un contexto donde las tensiones étnicas y políticas siguen latentes.
