Incremento del Ciberespionaje Chino y Nuevas Amenazas en el Ciberespacio
Las actividades de ciberespionaje llevadas a cabo por grupos de hackers relacionados con China han experimentado un notable aumento del 150% en el último año, alcanzando un 300% en sectores específicos como el financiero, los medios de comunicación y la ingeniería. Este crecimiento alarmante se detalla en el informe anual de ciberamenazas, el Global Threat Report, publicado por CrowdStrike, una reconocida empresa estadounidense de ciberseguridad. En 2024, se identificaron siete nuevos grupos organizados de hackers que, aunque no tienen vínculos oficiales con el gobierno chino, parecen recibir apoyo de Pekín. Estos grupos, categorizados como Amenazas Persistentes Avanzadas (APT), se caracterizan por su estructura jerárquica y su capacidad para llevar a cabo ataques sofisticados, coordinados y rápidos, gracias a los recursos económicos y tecnológicos que poseen.
Entre los nuevos grupos de APT detectados, cinco destacan por su especialización y sofisticación. Tres de ellos se centran en atacar redes de telecomunicaciones, mientras que otro se especializa en el sector financiero a nivel mundial. Un quinto grupo se dedica a la seguridad operacional, es decir, a evitar filtraciones de información confidencial. Un caso notable es el ataque a los sistemas del Departamento del Tesoro de EE. UU. en diciembre, calificado como un incidente grave por las autoridades estadounidenses. Con la inclusión de estos nuevos grupos, China cuenta actualmente con un total de 13 APT identificadas, lo que la sitúa a la cabeza en este tipo de actividades cibernéticas a nivel mundial.
El informe de CrowdStrike destaca que 2024 ha sido un año decisivo en términos de capacidades cibernéticas y operaciones de inteligencia. La actividad de las APT chinas se ha expandido a diversas regiones y sectores a nivel global, con un enfoque particular en Taiwán, Indonesia y Hong Kong. En estos últimos, han centrado sus esfuerzos en recopilar información sobre tecnología y telecomunicaciones, así como en vigilar a activistas pro-democracia. Los analistas de la firma sostienen que la motivación detrás de esta expansión se basa en la recolección de inteligencia política y militar, así como en la intención de aumentar la influencia china en su entorno cercano y monitorear a grupos considerados como amenazas por el Partido Comunista Chino. La evolución de estas tácticas, que van desde ataques directos hasta operaciones más sutiles y específicas, refleja una estrategia bien orquestada para consolidar el poder cibernético de China en el escenario global.
