Moda y belleza: de boinas, sombreros, y salud

In Sociedad
abril 01, 2019

Aunque la moda de los peinados estrambóticos de los setenta y ochenta acabaron con ellos, las boinas y los sombreros estuvieron de moda. Y ahora que vivimos en un momento de regresión vintage, ¿volverán a ser tendencia?

Boinas: del mundo rural a la juventud

Las mejores boinas son las que pasan de moda, como las famosas boinas francesas. También gracias al boom de las series podemos hablar de boinas peaky blinders. Sea como sea, examinaremos el pasado y el futuro de la prenda.

Si existe una pieza de ropa que podemos denominar clásica es la boina. Ya a principios de siglo el estrafalario dramaturgo Valle Inclán gustaba de llevarla, a la manera del ejército carlista, tropas que lucharon contra los liberales.

De estas boinas de color rojo también podemos pasar al ámbito regional. Por ejemplo las clásicas boinas castellanas de los paisanos, las boinas vascas (txapelas) de los pelotaris euskaldunes, o incluso la boina gallega.

Y es que al ser una pieza de sencilla elaboración a nivel costura, y que acepta tanta variación estética, es normal que fuese tan extendida. Y es que prácticamente cada país tiene su boina.

En Inglaterra las boinas más emblemáticas son las de los Peaky Blinders, si bien no se venden con sus cuchillas. También tenemos las boinas alemanas, diseñadas por el famoso Hugo Boss para el ejército nazi.

Pero si hablamos de boinas célebres debemos mencionar la de Ernesto Guevara. El famoso guerrillero recibió una boina de simpatizantes españoles, se las puso del revés y se convirtió en un icono sociocultural.

Y es que esta prenda sería utilizada tiempo después para otra revolución, la del mayo del 68. Y esto significó el abandono de la exclusividad rural-militar para convertirse en icono de la cultura pop.

Es decir, pronto fue una moda descargada de toda ideología política o marcial, que se vio por todo París, y luego Europa. Sin embargo, como todo lo que se generaliza, acaba cayendo.

Finalmente con el auge de los peinados punk, heavy, y demás subtipos derivados de la cultura rock, la boina cayó en desuso. Así que los jóvenes dejaron de cubrirse la cabeza para poder enseñar el pelo.

Pero eso va cambiando, y cada vez más auténticos iconos pop como Sergio Ramos con su ascot roja, la deportiva de Brad Pitt, la casual de Justin Timberlake…Es una vuelta de la estilosa moda sesentera en toda regla.

Sombreros: personalidad y elegancia a raudales

Otra moda que vuelve es la de los sombreros. Desde los sombreros de ala ancha, a los regionales a los sombreros borsalinos, cada vez son más estilosos y frecuentes. Los podemos encontrar en todosombreros.com

Si las boinas han tenido un duro competidor a lo largo de los siglos esa es la de los sombreros. Una prenda algo más difícil de hacer, y por ende más cara, así que demostraba cierto estatus…Aunque no siempre.

Por ejemplo los sombreros de ala ancha, los españoles para ser exactos, tapaban mucho la cara. Hubo un ministro italiano que trató de prohibirlo, y tal fue la revuelta madrileña que tuvo que dimitir.

Otro de los sombreros más emblemáticos fue el de Pancho Villa, el famoso sombrero mexicano. Ideal para las difíciles condiciones climáticas del país, es hoy en día un símbolo nacional de México.

Y hablando de América, no podemos obviar los clásicos sombreros de vaqueros. Gracias a los westerns, se han popularizado tanto hasta el punto que han tenido sus embajadores y símbolos como Clint Eastwood.

Y están de moda en Hollywood los sombreros borsalinos. Curiosamente en ese mismo país, aunque de origen italiano, fueron tendencia en el mundo del crimen organizado. Lucky Luciano, Al Capone y muchos más los solían llevar.

Pero como sucedió con sus primas, las boinas, el sombrero se dejó de llevar debido a las nuevas modas. Los jóvenes preferían estrambóticas crestas rojas punk antes que la elegancia de esta emblemática prenda.

Pero con la progresiva sobriedad capilar de los tiempos, es decir los peinados más “normales”, ahora los sombreros vuelven a estar de moda. Muchos famosos como Johnny Depp, Hugh Jackman e incluso Ian Somerhalder.

Pero no sólo de cabellera vive el ser humano, más abajo tiene que estar todo en orden. Y ningún vaquero es un buen vaquero sin una buena sonrisa. Y aquí entra en juego nuestro dentista personal.

La importancia de un dentista: sonreír y salud

Lo primero advertirle que si usted necesita en Las Palmas una dentista, dentro de la clínica dental Las Palmas le recomendamos a la Doctora Irene Chinchilla. Una profesional muy bien cualificada con años de experiencia.

Aparte de recomendarle una revisión dental cada año como mínimo, le diremos que hay varias causas por las que puede necesitar estos servicios. Una más frecuente de lo que parece, la pérdida de un diente.

Y es que en algún infausto accidente, alguna pelea de bar o algo así puede perder una pieza dental. Implantar otra para mejorar nuestra vida desde al masticar la comida o incluso por estética es justo y necesario.

Otra razón puede ser para el raspado y alisado radicular, un método altamente eficaz para combatir la periodontitis. Esto es, cuando el sarro y la suciedad alcanzan el diente, y las encías sangran.

Por supuesto también nos puede tratar cosas más comunes como la caries. Sea como sea, una buena dentista es tan necesaria para la salud como para la belleza. ¿Pero y si nos damos un toque final? Por ejemplo, en nuestro cabello.

Rizadores de pelo: nunca mueren

Una moda que al contrario que las antes descritas nunca pasa, es la de los rizos. Rizarse el pelo es muy común, y para ello necesitamos rizadores de cabello eficaces y con un precio razonable.

Y es que desde los ochenta hasta hoy, han estado más o menos en boga, pero nunca pasados. Son un look que sirve desde una cena elegante hasta para ir de compras.

Además que con un buen material y un mínimo de práctica, pronto tendremos el aspecto que realmente deseamos. Y es que si renunciamos a la boina y al sombrero, que al menos sea para estar radiantes.

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Escritor profesional, autor de novela, cuentos y relatos, algunos premiados. Columnista en diversos medios. Creador de contenidos, redactor y copywriter.