¿Por qué es importante contar con un buen administrador de fincas?

In Economía
septiembre 22, 2020

Aunque sea cierto que la figura del administrador de fincas es bastante conocida en nuestro país, también lo es que muchas veces no somos conscientes de cuál es su trabajo y ello puede llevarnos a pensar que podría ser adecuado optar por la opción más económica o incluso prescindir de ellos, pudiendo tener consecuencias muy negativas en cualquiera de los dos casos. En este artículo desgranamos algunas de las razones por las que es importante contar con un buen administrador de fincas y asegurarnos una excelente gestión de nuestras propiedades.

Se trata de profesionales expertos en estos asuntos

En primer lugar, tenemos que considerar que las principales normativas que debe conocer el administrador de fincas para hacer bien su trabajo no son pocas ni, por supuesto, están al alcance de cualquier persona, dado que hablar de un administrador de fincas es hacerlo de un profesional excelentemente cualificado y que para poder desarrollar su trabajo debe contar con el aval del Colegio Oficial de su profesión en la provincia en la que trabaje.

No en vano, para que nos hagamos una idea acerca de la competencia profesional de los administradores de fincas, tenemos que decir que al menos tienen que conocer la Ley de Propiedad Horizontal, la de Arrendamientos Urbanos, el Reglamento Hipotecario, la Ley General de Telecomunicaciones y el Reglamento General de Protección de Datos, lo que implica que todos ellos cuentan con una preparación específica de la que no disponemos la mayoría de las personas.

Porque ahorra muchos quebraderos de cabeza a la comunidad de propietarios

Dicho esto, no puede sorprender que se diga que contar con los servicios de una empresa para administrar una finca es sinónimo del cumplimiento escrupuloso de la ley y, por extensión, de que la comunidad de propietarios de un edificio en concreto se va a ahorrar quebraderos de cabeza, e incluso, tener que afrontar las consecuencias que puede llevar aparejado algún incumplimiento legislativo.

Al respecto, tenemos que decir que la Ley de Propiedad Horizontal establece que son responsabilidades del administrador de fincas las siguientes funciones:

  1. Velar por el buen régimen del edificio, por sus instalaciones y sus servicios, teniendo incluso la potestad de apercibir a los propietarios que no cumplan con sus obligaciones con la comunidad.
  2. Preparar el presupuesto de gastos previsibles a los que, anualmente, tendrá que hacer frente la comunidad, así como proponer los medios para hacer frente al mismo y someter a la junta de propietarios a la aprobación del mismo.
  3. Atender al mantenimiento del edificio, de forma que sea él quien se ocupe de gestionar las reparaciones y medidas de urgencia que sean necesarias, todo ello dando debida cuenta al presidente de la comunidad tan pronto como sea posible.
  4. Llevar a ejecución los acuerdos tomados por la comunidad en materia de obras, efectuar los pagos y hacerse cargo de los cobros que sean necesarios.
  5. Actuar como secretario de la comunidad y custodiar toda su documentación, como los libros de actas, tesorería, etcétera.
  6. Las que la propia comunidad le encomiende.

Es decir, que el administrador de fincas se encarga de llevar a cabo la gestión cotidiana de la comunidad de vecinos desde la más absoluta profesionalidad y liberando a los vecinos de unas responsabilidades que no pueden dejar de atenderse, tanto porque hacerlo puede tener consecuencias muy negativas, como porque redundan en el bienestar común de quienes residan en el edificio que se administre.

Respecto a este asunto, es necesario tener en cuenta que los propios administradores de fincas han observado que cuando una comunidad de propietarios opta por prescindir de los servicios profesionales de los que venimos hablando, suelen darse situaciones derivadas del desconocimiento o de la falta de tiempo, como podrían ser los impagos, los incumplimientos de los acuerdos de la junta de propietarios o los gastos innecesarios por limitarnos a algunos ejemplos.

Están cubiertos por seguros de responsabilidad civil

Además, la ley obliga a los administradores de fincas a tener contratado un seguro de responsabilidad civil con el que poder afrontar los pagos derivados de los posibles daños patrimoniales derivados de sus errores o negligencias, algo que no significa otra cosa que aumentar la seguridad de los propietarios a la hora de conferir a un profesional la gestión de su comunidad.

En concreto, estos seguros de los que hablamos, son la garantía legal de que los propietarios van a verse respaldados en los casos que el administrador de fincas incurra en algún perjuicio para la comunidad por acción, omisión o por negligencia, lo que es lo mismo que afirmar que los propietarios que decidan encomendar la gestión de sus propiedades, tendrán las espaldas lo suficientemente cubiertas como para no tener nada que temer.

Actúan como mediadores ante los posibles problemas entre vecinos

Por si lo dicho hasta ahora fuera poco, también se puede añadir que una de las funciones que las comunidades suelen atribuirle a los administradores de fincas es la de mediar ante esos conflictos que, con mucha más frecuencia de la que podríamos imaginar a priori, pueden derivarse de la convivencia diaria.

Esta función, cabe decirlo, puede ser de vital importancia en aquellos casos en los que aparezcan conflictos importantes, dado que no obliga a ningún vecino a mediar entre las partes y a posibilitar la desagradable situación que generaría que alguna de ellas se sintiera agraviada por la acción de quien tiene como objetivo solventar el problema.

En conclusión, de lo que se trata no es únicamente de asegurarnos una gestión profesional de la comunidad de propietarios en la que vivimos o de nuestras propiedades, sino que la función de los administradores de fincas también pasa por proporcionar a los propietarios todo tipo de seguridades, de manera que los mismos no se puedan ver envueltos en conflictos de carácter legal y, llegado el caso, van a ver solventadas las posibles consecuencias económicas que puedan tener los errores que podría cometer el mencionado gestor. 

Por consiguiente, la mejor recomendación será contar con los servicios de un buen administrador de fincas y, de esta forma, poder dedicarnos a disfrutar de nuestra vivienda sin mayores preocupaciones.