Xi Jinping es reelegido para un tercer mandato como presidente de China, un hecho sin precedentes en la historia del país, ya que ningún líder chino ha ocupado el cargo de jefe de Estado por más de diez años. El líder chino de 69 años fue aprobado por unanimidad para ocupar la presidencia de la República Popular de China (RPC) y la presidencia de la Comisión Militar Central de la RPC en la sesión del 14º Congreso Nacional del Pueblo.
Casi 3.000 miembros del parlamento votaron en el Gran Salón del Pueblo, y la votación duró cerca de una hora.
Desde que asumió la presidencia en 2013, Xi Jinping ha sacado a más de 100 millones de personas de la pobreza, especialmente de las áreas rurales. En los años más recientes, ha llamado a la reunificación de China y Taiwán como su prioridad máxima. El año pasado, declaró que China tiene la intención de lograr este objetivo antes de 2050.
Aunque Xi es visto como un líder fuerte y seguro, se enfrenta a una serie de desafíos económicos y tensiones internacionales con los Estados Unidos. Las tensiones entre Beijing y Washington han aumentado en los últimos años, con ambos lados disputando temas desde el comercio hasta los derechos humanos y la creciente presencia china en el Pacífico Asiático.
Entre los principales líderes políticos chinos que acompañan a Xi en este nuevo mandato se encuentra Li Qiang, quien es ampliamente esperado que asuma como primer ministro. Es conocido por su lealtad a Xi y por haber impuesto un estricto bloqueo de «cero COVID» en Shanghai el año pasado, lo que resultó en pequeñas protestas de los residentes. Zhao Leji, quien encabezó la campaña contra la corrupción en el país, se convirtió en el jefe del Congreso Nacional del Pueblo, mientras que Wang Huning, asesor principal de Xi, y Cai Qi, líder de Beijing, también están entre los líderes que continúan su mandato en el Comité Permanente del Politburó del Partido Comunista Chino.
La reelección de Xi Jinping como presidente de China marca un hito histórico en el país, y el líder chino enfrenta una serie de desafíos económicos y tensiones internacionales con los Estados Unidos en su tercer mandato.