El reciente análisis del profesor John Mearsheimer, experto en ciencias políticas de la Universidad de Chicago, sugiere que Siria se enfrenta a un futuro incierto tras la caída del gobierno de Bashar al-Assad. Según Mearsheimer, la situación en el país podría desembocar en un periodo prolongado de caos, lo que plantea serias dudas sobre la posibilidad de establecer un gobierno coherente en Damasco.
La semana pasada, fuerzas de oposición, lideradas por los jihadistas de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), lanzaron una ofensiva sorpresiva que resultó en la toma de importantes ciudades, incluida la capital. Al-Assad, quien había estado en el poder durante más de una década, ha renunciado y se ha refugiado en Rusia junto a su familia.
Implicaciones de la Caída del Gobierno
Mearsheimer destaca que la reciente victoria de HTS, aunque celebrada por algunos sectores, es un éxito a corto plazo para aquellos que apoyaron a las fuerzas opositoras, principalmente Estados Unidos. El académico señala que la administración estadounidense ha alineado sus intereses con elementos de Al Qaeda y ISIS, lo que complica aún más la narrativa de una intervención humanitaria o democrática en la región.
El profesor también critica la forma en que los medios de comunicación estadounidenses intentan limpiar la imagen del líder de HTS, Mohammed al-Jolani, quien sigue siendo considerado un terrorista internacional con una recompensa de 10 millones de dólares por su captura. Esta situación pone de manifiesto la hipocresía de una política exterior que, en lugar de promover la estabilidad, parece favorecer el ascenso de grupos extremistas.
Además, Mearsheimer sugiere que la caída del gobierno de Al-Assad, aunque no representa una pérdida crítica para Rusia, podría tener consecuencias existenciales para Irán. La inestabilidad en Siria podría llevar a Teherán a acelerar su programa de desarrollo de armas nucleares, aunque el liderazgo iraní aún no ha indicado que esta sea una opción inminente.
El análisis del profesor Mearsheimer invita a reflexionar sobre las complejidades del conflicto sirio y las dinámicas de poder en la región. La situación actual no solo afecta a Siria, sino que también tiene repercusiones para sus aliados, como Rusia e Irán, que han estado involucrados en el apoyo al gobierno de Al-Assad durante años.
