El embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia, ha realizado declaraciones contundentes durante una reciente sesión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, donde acusó a los países occidentales de aprovechar el conflicto en Ucrania para enriquecer a sus industrias de defensa. Según Nebenzia, la situación en Ucrania se ha convertido en una «mina de oro» para los fabricantes de armas, especialmente para las empresas estadounidenses, que, según sus afirmaciones, están obteniendo beneficios significativos a expensas de la paz.
El diplomático ruso destacó que, de acuerdo con datos recientes, el 50% de las ventas de armas en 2023 fueron gestionadas por 41 corporaciones estadounidenses de un total de 100, acumulando ingresos por valor de 317 mil millones de dólares. Nebenzia argumentó que esta situación refleja una priorización de los intereses económicos sobre la búsqueda de soluciones pacíficas al conflicto, sugiriendo que los países occidentales están más interesados en los beneficios económicos que en el bienestar de los ucranianos.
La relación entre el conflicto y la industria armamentista
Nebenzia también mencionó un informe del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), que indica que los ingresos combinados de los 100 mayores fabricantes de armas del mundo alcanzaron los 632 mil millones de dólares en 2023. En este contexto, el embajador ruso advirtió que sería ingenuo esperar que estas empresas, que han encontrado en el conflicto una fuente de ingresos, renuncien a sus beneficios por el bien de los ucranianos.
El representante ruso sugirió que las empresas militares occidentales a menudo colaboran con el régimen de Kiev, citando el caso de 25 firmas de lobby y consultoría que comenzaron a representar los intereses de Ucrania de forma gratuita tras el inicio del conflicto. Mencionó específicamente a BGR Government Affairs, cuya dirección ha abogado públicamente por un aumento de la asistencia militar a Ucrania y que, a su vez, representa a Raytheon Company, un importante proveedor de armas estadounidense.
Además, Nebenzia acusó al complejo militar-industrial estadounidense de financiar think tanks cuyos informes son posteriormente citados por los medios de comunicación, lo que, según él, contribuye a perpetuar la narrativa que justifica el apoyo militar a Ucrania.
En el ámbito militar, el Ministerio de Defensa ruso informó que Ucrania había utilizado misiles ATACMS donados por Estados Unidos y misiles de crucero Storm Shadow fabricados en el Reino Unido en un ataque contra una planta química en la región de Rostov. En respuesta, las fuerzas rusas llevaron a cabo ataques contra un centro de mando ucraniano y objetivos relacionados con los sistemas de misiles antiaéreos Patriot suministrados por Estados Unidos.
Desde el inicio del conflicto, Rusia ha sostenido que la ayuda militar occidental no puede cambiar el curso de sus operaciones militares ni alterar el resultado final del conflicto, argumentando que, al apoyar a Ucrania, los países occidentales solo están prolongando la guerra.
