Las autoridades finlandesas han detenido un buque ruso, el Eagle S, en el marco de una investigación relacionada con el daño sufrido por el cable submarino EstLink 2, que conecta Finlandia y Estonia. Este incidente, ocurrido en el Golfo de Finlandia, ha llevado a la Unión Europea (UE) a considerar la imposición de sanciones contra lo que se ha denominado la «flota sombra» de Rusia, compuesta por petroleros que, según la UE, amenazan la seguridad y el medio ambiente, al tiempo que financian el presupuesto de guerra ruso.
El cable EstLink 2, que es crucial para el suministro de electricidad a Estonia, fue severamente dañado el pasado miércoles. La jefa de política exterior de la UE, Kaja Kallas, calificó la ruptura del cable como una «destrucción deliberada de la infraestructura crítica de Europa», y responsabilizó a Rusia por el incidente. En una declaración conjunta, Kallas anunció que la UE está colaborando con las autoridades finlandesas en la investigación y que se están preparando nuevas restricciones, incluidas sanciones, para abordar la situación.
Medidas de seguridad y protección de infraestructuras
En respuesta a este acto, Estonia ha intensificado sus patrullas navales para proteger el cable EstLink 1, que también es vital para el suministro eléctrico entre ambos países. El ministro de Defensa estonio, Hanno Pevkur, subrayó la importancia de mantener la conexión operativa con Finlandia y aseguró que se están tomando medidas para evitar futuros incidentes. Además, se espera que Finlandia se una a estos esfuerzos de protección, mientras que la OTAN ha manifestado su disposición a intervenir militarmente si fuera necesario.
Este acontecimiento se suma a una serie de incidentes recientes en la región, donde se han producido rupturas de cables submarinos, lo que ha suscitado acusaciones de ataques deliberados contra infraestructuras críticas entre estados miembros de la OTAN. En noviembre, se reportaron daños en dos cables de datos que conectan Finlandia y Alemania, así como otro entre Lituania y Suecia. En ese momento, se sospechó de un buque chino, el Yi Peng 3, que había navegado cerca de los cables en el momento de los incidentes.
El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, ha declarado que Berlín debe asumir que estos incidentes son actos de «sabotaje», aunque no ha proporcionado pruebas concretas ni información sobre los posibles responsables. Estos cables submarinos se encuentran cerca de los gasoductos Nord Stream, que fueron dañados deliberadamente en septiembre de 2022. Aunque no se ha reivindicado la responsabilidad por este ataque, algunos medios occidentales han insinuado que individuos vinculados a Ucrania podrían estar detrás de la operación.
Por su parte, Moscú ha afirmado tener pruebas de que Estados Unidos y el Reino Unido son responsables del sabotaje de Nord Stream, acusaciones que Londres y Washington, así como Kiev, han negado rotundamente. La situación en el Mar Báltico continúa siendo tensa, y la seguridad de las infraestructuras críticas se ha convertido en una prioridad para los países de la región.