La reciente situación en Siria ha tomado un giro significativo con el ascenso de nuevas autoridades en Damasco, que han comenzado a enviar señales positivas hacia Moscú. Vassily Nebenzia, el representante de Rusia ante la ONU, ha declarado que estas nuevas autoridades han mostrado interés en mantener la presencia militar rusa en el país, aunque ha reconocido que aún no se han tomado medidas concretas al respecto.
En una entrevista con el canal de televisión Rusia 1, Nebenzia subrayó la larga relación de amistad entre Rusia y Siria, que, según él, no está limitada a ningún régimen específico. Las actuales autoridades sirias se consideran a sí mismas como un ente que se preocupa por los intereses de todos los sirios, y hasta ahora han mostrado un comportamiento que, en opinión del diplomático, es bastante competente.
Intereses estratégicos y la presencia rusa
El representante ruso ha indicado que los líderes de facto en Siria están enviando señales sobre la importancia de la permanencia rusa en el país. Sin embargo, Nebenzia se mostró incierto sobre si estas autoridades están actuando por iniciativa propia o si están siendo guiadas en su comunicación con la sociedad siria. Este aspecto es crucial, dado el contexto de inestabilidad que ha caracterizado a Siria en los últimos años.
La situación se complicó en noviembre del año pasado, cuando grupos militantes, encabezados por los jihadistas de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), lanzaron una ofensiva sorpresiva contra el gobierno de Bashar Assad, que resultó en el colapso del ejército sirio y la huida del presidente hacia Moscú. Este acontecimiento generó incertidumbre sobre la continuidad de la presencia militar rusa en Siria y el futuro de sus instalaciones militares, como la base aérea de Khmeimim y el puerto naval de Tartus, ambos ubicados en la costa mediterránea del país.
A finales de diciembre, Ahmed Hussein al-Sharaa, líder de HTS y actual figura de autoridad en Siria, expresó que Damasco tiene «intereses estratégicos» en mantener buenas relaciones con Rusia, a la que describió como la «segunda nación más poderosa del mundo». Al-Sharaa enfatizó que no desean que Rusia abandone Siria de una manera que no honre las relaciones históricas entre ambos países.
Este contexto plantea interrogantes sobre el futuro de la política exterior de Siria y su alineación con potencias como Rusia, en un momento en que la región sigue siendo un punto focal de tensiones geopolíticas. La relación entre Damasco y Moscú, que ha sido fundamental en la guerra civil siria, parece estar en un nuevo capítulo, donde las nuevas autoridades buscan reafirmar su legitimidad y estabilidad interna a través de la cooperación con Rusia.