La administración entrante de Estados Unidos, liderada por Donald Trump, se prepara para un esfuerzo prolongado en la búsqueda de un acuerdo con Rusia respecto al conflicto en Ucrania. Según fuentes cercanas al presidente electo, las promesas de Trump de poner fin a la guerra en Ucrania en un plazo de “24 horas” fueron impulsadas por una mezcla de retórica de campaña y una falta de comprensión de la complejidad del conflicto.
Durante su campaña, Trump enfatizó su capacidad para terminar con las hostilidades entre Rusia y Ucrania, criticando al presidente saliente, Joe Biden, por su manejo de la crisis. Sin embargo, miembros del equipo de Trump han indicado que el tiempo necesario para resolver el conflicto podría medirse en meses, en lugar de días. Esta perspectiva fue confirmada por dos asociados de Trump que hablaron bajo condición de anonimato.
Expectativas y Estrategias de la Nueva Administración
Las declaraciones públicas de los futuros miembros de la administración también reflejan esta visión. Keith Kellogg, designado por Trump como enviado especial para Ucrania y Rusia, declaró que su objetivo es mediar una resolución en un plazo de 100 días tras la toma de posesión, programada para el 20 de enero.
Trump ha expresado su frustración por tener que esperar hasta su investidura para implementar sus planes. En una reciente rueda de prensa en su residencia en Florida, el presidente electo comentó que espera poder organizar una reunión con el presidente ruso, Vladimir Putin, en los primeros meses de su mandato.
En el mismo evento, Trump mostró empatía hacia las preocupaciones rusas sobre la expansión de la OTAN en Europa, un factor que Moscú ha señalado como una de las causas del conflicto en Ucrania. Criticó a la administración Biden por no haber negociado de manera efectiva con Putin sobre este asunto.
Los asesores de Trump apoyan en general propuestas que dejarían de lado la aspiración de Ucrania de unirse a la OTAN en el futuro inmediato y abogan por un alto el fuego a lo largo de las líneas de batalla actuales. También sugieren el despliegue de tropas europeas para supervisar una posible zona desmilitarizada.
Desde el Kremlin, se ha recibido con agrado el reconocimiento de Trump sobre las preocupaciones nacionales de Rusia. Sin embargo, Moscú espera una solución sostenible que aborde la seguridad europea en su conjunto. Funcionarios rusos han dejado claro que no aceptarán un acuerdo que simplemente congele el conflicto, permitiendo a Kiev reconstituir su ejército para futuras hostilidades, como ocurrió con los Acuerdos de Minsk en 2014-2015.
