Recientemente, el Telescopio Espacial Hubble de la NASA y la ESA ha proporcionado una impresionante imagen de la Nebulosa de Orión (Messier 42, M42), el área de formación estelar más cercana a la Tierra, situada a unos 1,500 años luz de distancia. Esta nebulosa es visible a simple vista y se localiza justo debajo de las tres estrellas que componen el «cinturón» de la constelación de Orión. En su interior, alberga cientos de estrellas recién nacidas, entre las que se encuentran los protostars HOPS 150 y HOPS 153, capturados en esta imagen.
Los protostars HOPS 150 y HOPS 153 deben su nombre al estudio de protostars de Herschel en la Nebulosa de Orión, realizado por el Observatorio Espacial Herschel de la ESA. En la parte superior derecha de la imagen se puede observar HOPS 150, un sistema estelar binario donde dos jóvenes protostars orbitan entre sí, cada uno con un pequeño disco de material polvoriento a su alrededor. Estos discos permiten que las estrellas acumulen materia, lo que las ayuda en su proceso de crecimiento.
Un rasgo notable de esta imagen es la línea oscura que atraviesa el brillo de los protostars, que corresponde a una nube de gas y polvo que cae sobre ellos. Este fenómeno es más de 2,000 veces más ancho que la distancia entre la Tierra y el Sol. La cantidad de luz infrarroja que emite HOPS 150, en comparación con otros tipos de radiación, sugiere que estos protostars se encuentran en una etapa intermedia de su desarrollo hacia convertirse en estrellas maduras.
El viaje de HOPS 153 y sus implicaciones
En el lado izquierdo de la imagen se extiende un flujo estrecho y colorido, conocido como un jet. Este jet proviene del protostar HOPS 153, que se encuentra fuera del marco de la imagen. A diferencia de HOPS 150, HOPS 153 es significativamente más joven y continúa profundamente inmerso en su nebulosa de nacimiento, envuelto en una densa nube de gas frío. Aunque el Hubble no puede atravesar esta nube para observar el protostar, el jet emitido por HOPS 153 es claramente visible, ya que interactúa con el gas y el polvo circundantes de la Nebulosa de Orión.
La transición de protostar a estrella plenamente desarrollada tendrá un impacto notable en el entorno de HOPS 153. A medida que el gas se acumula alrededor del protostar, sus jets expulsan material y energía al espacio interstelar, creando burbujas y calentando el gas circundante. Este proceso de agitación y calentamiento del gas podría regular la formación de nuevas estrellas en la vecindad y, curiosamente, también podría desacelerar el propio crecimiento de HOPS 153.
