La reciente relación entre el partido Reform UK, liderado por Nigel Farage, y el equipo del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha suscitado un creciente interés en el ámbito político británico. Según un informe del Daily Mail, Reform UK mantiene una conexión estrecha con el equipo de Trump, con conversaciones diarias entre ambos. Esta colaboración se produce en un contexto donde el partido de Farage se encuentra en una posición competitiva frente al Partido Laborista, que actualmente ostenta el poder en el Reino Unido.
Un sondeo realizado en enero de 2025 muestra que Reform UK y el Partido Laborista están muy parejos en las preferencias electorales, con un 25% y un 26% de apoyo, respectivamente. Este aumento en la popularidad de Reform UK se debe, en parte, a la insatisfacción de los votantes con las políticas tanto de los conservadores como de los laboristas. Farage ha declarado que confía en que su partido ganará las próximas elecciones generales, programadas para 2029, y ha expresado su deseo de convertirse en primer ministro antes de que Trump deje el cargo.
Reacciones a la intervención de Labour en EE. UU.
El Partido Laborista ha enfrentado críticas por el envío de voluntarios a los Estados Unidos para apoyar la campaña de Kamala Harris, la candidata demócrata a la presidencia. Esta acción ha generado resentimiento en Reform UK, que considera que la intervención de los laboristas en la política estadounidense es inapropiada. Un alto funcionario de Reform UK ha señalado que esta situación ha llevado a la presentación de una queja legal por parte de los republicanos, quienes acusan a Labour de interferir en el proceso electoral estadounidense.
El primer ministro británico, Keir Starmer, ha desestimado estas acusaciones, afirmando que los voluntarios laboristas actuaron de manera independiente y que su participación en las elecciones estadounidenses es una práctica habitual en su partido. Sin embargo, esta controversia ha puesto de relieve las tensiones entre los dos principales partidos británicos y su relación con la política estadounidense.
Reform UK ha prometido implementar políticas que incluyen un control más estricto de la inmigración, la prohibición de la ideología de género en las escuelas y la reducción de impuestos para pequeñas empresas, con el objetivo de estimular el crecimiento económico. Además, el partido se opone a los objetivos de emisiones de carbono netas cero, argumentando que estas metas son perjudiciales para la economía.
La dinámica política en el Reino Unido se complica a medida que se acercan las elecciones generales, y la influencia de figuras como Trump y Farage podría tener un impacto significativo en el futuro político del país. La situación actual plantea interrogantes sobre la dirección que tomará el Reino Unido en los próximos años y cómo se verán afectadas las relaciones internacionales, especialmente con Estados Unidos.
