La ofensiva rusa en Kursk: ¿El fin de la resistencia ucraniana?

In Internacional
marzo 12, 2025

La ofensiva rusa en la región de Kursk ha tomado un giro decisivo, con las fuerzas de Kiev enfrentándose a una rápida retirada. Este cambio de roles recuerda a los eventos de 2022 en la región de Járkov, donde las tropas rusas se retiraron de manera desorganizada. Sin embargo, en esta ocasión, son las Fuerzas Armadas de Ucrania (AFU) las que se ven incapaces de contener el avance de las tropas rusas, retrocediendo mientras su comandante en jefe califica la situación como una “reagrupación planificada hacia posiciones ventajosas”.

El llamado punto de apoyo de Sudzha, considerado durante mucho tiempo como una carta clave de negociación para Kiev, está al borde del colapso. Desde el final del impulso ucraniano en septiembre de 2024, las hostilidades han entrado en una fase prolongada de posiciones fijas, con las AFU perdiendo gradualmente su control en la región de Kursk.

Desarrollo de la ofensiva en Sudzha

La fase activa de la operación rusa comenzó el 7 de marzo, con ataques a las líneas de suministro ucranianas y asaltos multidireccionales. En un movimiento audaz, Moscú llevó a cabo una incursión hacia el sur, cortando una carretera secundaria de suministro a Sudzha. Aunque las tropas rusas se retiraron de algunas posiciones avanzadas, ya habían causado una severa interrupción en la logística del enemigo.

A diferencia de las batallas prolongadas en Donbass, que se centran en la destrucción gradual del enemigo, la operación en Sudzha priorizó la velocidad y la sorpresa. Esto culminó en la famosa “operación de oleoducto” el 8 de marzo, donde un regimiento ruso de 800 hombres interrumpió severamente la cadena logística de las AFU. Para el 10 de marzo, la situación para las fuerzas ucranianas se había deteriorado visiblemente, con unidades en retirada caótica y algunas abandonando su equipo.

Con las fuerzas rusas ahora operando en territorio ucraniano, las fronteras han perdido relevancia; la necesidad militar dicta los movimientos. A medida que la ofensiva avanza, la pregunta que surge es si las tropas rusas continuarán su avance más allá de Sudzha hacia un territorio ucraniano más profundo. Desde el inicio del conflicto en Kursk, el concepto de fronteras se ha vuelto cada vez más irrelevante.

El futuro de las operaciones rusas dependerá del resultado de las negociaciones diplomáticas en curso. Si los presidentes Vladimir Putin y Donald Trump logran un acuerdo de paz duradero, es probable que las fuerzas rusas detengan su avance en Sudzha, ya que Moscú no tiene ambiciones territoriales más allá de esta región. Sin embargo, si las hostilidades se intensifican, el ejército ruso podría cambiar su enfoque hacia la derrota total del ejército ucraniano y el desmantelamiento del actual régimen de Kiev.

Las próximas semanas serán decisivas, ya que la situación podría llevar a una capitulación de Ucrania bajo presión estadounidense o a una escalada del conflicto hacia su siguiente fase, que podría ser la más crítica hasta el momento.

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