
El legado del Real Observatorio de Greenwich: una historia de ciencia y desafíos
El Real Observatorio de Greenwich, fundado en 1675 en Londres, ha sido un pilar en la historia de la astronomía y la navegación. Originalmente, su propósito era elaborar cartas estelares y dispositivos de cronometraje precisos para facilitar la navegación de la flota británica durante sus expediciones globales. Con el paso de los años, y gracias a sus exhaustivas cartas estelares, el observatorio se convirtió en el punto de referencia para establecer el meridiano cero, un hito que aún se puede visitar en su ubicación original en Greenwich. Sin embargo, en la década de 1930, la creciente contaminación del aire y la luz en Londres llevaron a la decisión de trasladar el observatorio a un entorno más propicio para la investigación astronómica, lo que resultó en su reubicación en Herstmonceux, East Sussex, en un proceso que se extendió desde 1947 hasta 1958.
A pesar de su nuevo hogar en un área con cielos más limpios y condiciones más favorables para las observaciones astronómicas, el Real Observatorio de Greenwich enfrentó nuevos desafíos. A medida que las poblaciones cercanas crecieron, la contaminación lumínica comenzó a afectar la calidad del cielo nocturno, dificultando la efectividad de sus investigaciones. En 1967, se completó la construcción del Telescopio Isaac Newton, que, aunque era uno de los más grandes de su tiempo, se vio afectado por la creciente urbanización de la zona. Finalmente, se tomó la decisión de trasladar este telescopio a la isla de La Palma, en las Canarias, donde las condiciones de observación son significativamente mejores.
El sitio en Herstmonceux pasó a ser conocido como el Centro de Ciencias del Observatorio, que desde 1995 ha estado bajo la administración de una organización benéfica que ha trabajado para preservar este importante patrimonio astronómico. Sin embargo, en 2024, se anunció que esta institución se enfrentaría a su desalojo, lo que ha generado una fuerte respuesta de la comunidad local, que ha iniciado una campaña para salvar el centro. Con más de 60,000 visitantes al año, el centro no solo es un lugar de interés científico, sino también un activo valioso para la comunidad. La situación actual plantea interrogantes sobre el futuro del legado del Real Observatorio de Greenwich y los planes de los propietarios, la Universidad Queen’s de Canadá, para el sitio histórico.