
Los riesgos de una intensificación de la guerra comercial entre Estados Unidos y China están aumentando rápidamente, según los analistas, después de que Pekín respondiera de forma más contundente de lo que muchos esperaban a los últimos aranceles impuestos por el presidente Donald Trump. En un cambio notable de tono, China abandonó su llamado a la negociación sobre el comercio en una declaración del fin de semana que condenaba las tarifas estadounidenses, elevando las perspectivas de un período prolongado de escalada tarifaria.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China declaró que «China ha tomado y continuará tomando medidas resolutivas para salvaguardar su soberanía, seguridad e intereses de desarrollo». En respuesta, Pekín implementó el viernes tarifas del 34% sobre todos los productos estadounidenses, igualando los últimos aranceles de la administración Trump. Estas tarifas se suman a las ya aplicadas en febrero y marzo, que oscilaron entre el 10 y el 15% y se centraron en productos agrícolas y energéticos importados de EE.UU.
Según el economista independiente Andy Xie, «el aumento de tarifas sobre todas las importaciones estadounidenses demuestra la determinación de China de llegar hasta donde Estados Unidos quiera ir». Además de las medidas arancelarias, Pekín impuso restricciones a la exportación de elementos clave de tierras raras y prohibió la exportación de artículos de doble uso a una docena de entidades estadounidenses, principalmente en las industrias de defensa y aeroespacial.
El equipo de analistas de Eurasia Group advierte que la postura agresiva de Pekín sugiere que futuras represalias serán más contundentes, lo que podría desencadenar una espiral de escalada y aumentar las probabilidades de una desconexión no gestionada en 2025. La respuesta rápida de China se produjo tras el anuncio de Trump sobre la implementación de nuevas tarifas del 34%, elevando la tasa arancelaria promedio ponderada de EE.UU. hacia China hasta un 65%, según Robin Xing, economista jefe de China en Morgan Stanley.
Estancamiento en las negociaciones
La reciente inclinación de Pekín hacia una postura más «agresiva y escalatoria» hace que un acuerdo a corto plazo para poner fin a la guerra comercial entre las dos potencias sea «altamente improbable», según economistas de Capital Economics. Hasta el viernes pasado, las acciones de Pekín se consideraban relativamente contenidas y mesuradas. Sin embargo, la «abandonación de la moderación» en las últimas medidas represivas refleja las «disminuidas esperanzas» de la dirección china de alcanzar un acuerdo comercial con EE.UU., al menos en el corto plazo, según Gabriel Wildau, director gerente de Teneo.
Trump descalificó la respuesta más reciente de China como un acto de pánico, afirmando en una publicación en su plataforma de redes sociales que «China lo hizo mal, entraron en pánico — ¡lo único que no podían permitirse hacer!». Sin embargo, Pekín podría no estar dispuesto a aceptar la venta de TikTok a inversores estadounidenses como parte de un acuerdo. «La dignidad nacional es la consideración clave de Pekín sobre TikTok, pero intercambiar TikTok por alivio de las tarifas recién impuestas llevaría consigo la inconfundible insinuación de que los líderes de China cederían al acoso», afirmó Wildau.
A pesar de ello, algunos analistas sugieren que Pekín aún desea un acuerdo y está dispuesto a negociar, considerando que una fuerte y asimétrica represalia arancelaria es una condición previa para que China se siente a la mesa de negociaciones. En un artículo de opinión, el medio estatal People’s Daily afirmó que Pekín estaba «plenamente preparado en todos los aspectos para manejar posibles shocks» con suficiente margen de maniobra para defender su economía. Este contexto, sin embargo, ha exacerbado una caída en los mercados globales, haciendo que el índice Hang Seng de empresas chinas en Hong Kong cayera más del 13% en una sola jornada, marcando uno de los peores días desde la crisis financiera global.
La rentabilidad de los bonos del gobierno chino a 10 años cayó 9 puntos básicos, mientras que el yuan offshore se debilitó un 0.35% frente al dólar, evidenciando las tensiones económicas que surgen de esta confrontación comercial.