
La detención de una científica en EE.UU. amenaza avances en investigación médica
La detención de Kseniia Petrova, una destacada científica de 30 años originaria de Rusia, en un centro de inmigración en Estados Unidos, ha suscitado preocupaciones entre académicos y expertos sobre el impacto en la investigación científica y la capacidad de las universidades para atraer talento internacional. Petrova, quien trabajaba en el prestigioso laboratorio Kirschner de la Universidad de Harvard, ha estado en un centro de detención en Luisiana desde mediados de febrero tras ser arrestada en el aeropuerto de Boston. Enfrenta la posibilidad de ser deportada a Rusia, donde teme por su seguridad debido a sus manifestaciones en contra de la guerra en Ucrania.
La situación de Petrova refleja un problema más amplio que afecta a la comunidad académica. Muchos investigadores han expresado su preocupación de que políticas de inmigración restrictivas disuadan a científicos internacionales de continuar su carrera en Estados Unidos. De acuerdo con colegas de Petrova, la pérdida de investigadores altamente especializados podría tener consecuencias graves para el futuro de la medicina y el descubrimiento científico a nivel global. Existen numerosos testimonios de académicos que planean abandonar sus puestos en instituciones estadounidenses por miedo a que sus visados sean revocados o a ser víctimas de acciones de inmigración.
La detención de Petrova se produjo después de que las autoridades de aduanas le impidieran la entrada al país por no declarar muestras de embriones de rana que iba a utilizar en sus investigaciones. Su visa J-1 fue cancelada sin que se le otorgara la oportunidad de apelar. Su abogado argumenta que este caso es parte de un esfuerzo más amplio por crear un ambiente hostil para los no ciudadanos en Estados Unidos. Ante esta situación, la comunidad científica se encuentra en una encrucijada, enfrentándose a un clima de incertidumbre que podría poner en riesgo importantes avances en la investigación médica.