
Investigadores del Instituto de Investigación Marina de Noruega han documentado un cambio significativo en las áreas de reproducción del arenque noruego, conocido como arenque de desove primaveral (NSS), que ha migrado 800 kilómetros hacia el norte. Este fenómeno se atribuye a la pérdida de memoria colectiva de migración en los peces más viejos, un efecto directo de la pesca selectiva por edad. Los hallazgos, publicados en la revista Nature, advierten sobre posibles alteraciones en las redes alimentarias costeras y plantean nuevos retos para la gestión pesquera.
El proceso de aprendizaje social, denominado «entrenamiento», es fundamental para la cultura migratoria de las poblaciones de peces en cardumen. Investigaciones previas han sugerido que la pesca selectiva que se centra en los ejemplares más viejos puede afectar esta transmisión cultural, fragmentando las rutas migratorias establecidas. Históricamente, el NSS migraba hasta 1,300 km desde sus áreas invernales en el norte de Noruega para desovar en la costa oeste, en Møre, una ruta que equilibraba el costo energético de la natación de larga distancia con los beneficios de una mayor supervivencia larval en aguas más cálidas del sur.
Investigación y Metodología
En el estudio, titulado «Herring spawned poleward following fishery‑induced collective memory loss», se realizó un análisis observacional integrador que combinó registros pesqueros, encuestas científicas de arrastre acústico y experimentos de marcado para evaluar si el aprendizaje social alterado modificaba la geografía de desove. Se recopilaron datos desde 1995 hasta 2024 de las pesquerías noruegas, islandesas y feroesas, que representan aproximadamente el 80% de la captura total de arenque, según lo reportado al Consejo Internacional para la Exploración del Mar.
Las encuestas anuales de arrastre acústico realizadas entre 2018 y 2024 proporcionaron datos cuantitativos sobre las rutas migratorias, áreas de alimentación y zonas de desove. Estas encuestas se llevaron a cabo durante los períodos de migración pico para capturar variaciones en la distribución espacial y la composición de los cardúmenes. Entre 2016 y 2023, se marcaron 202,155 arenques en fiordos del norte de Noruega, utilizando etiquetas de transpondedor pasivo (PIT). Los datos de recaptura, obtenidos en instalaciones de procesamiento equipadas con antenas RFID, se cruzaron con datos de encuestas acústicas para rastrear las rutas migratorias y los lugares de desove.
El análisis de los registros pesqueros y los datos de las encuestas de arrastre acústico reveló una migración significativa hacia el norte, con el centro de la actividad de desove desplazándose aproximadamente 800 km de Møre a Lofoten. Los datos de la encuesta acústica y los registros de marcado mostraron que la cohorte de 2016 estableció nuevas rutas de desove en aguas del norte, divergentes de los patrones migratorios históricos asociados con las clases de edad más viejas. Esta nueva ruta se hizo prominente a partir de 2021.
Las encuestas de biomasa durante la temporada de desove confirmaron una disminución del 68% en la biomasa de los desovadores más viejos, cayendo de aproximadamente 4.0 millones de toneladas en 2019 a 1.3 millones de toneladas métricas en 2023. Durante estas encuestas, la cohorte de 2016 mantuvo una biomasa suficiente para sostener la actividad de desove, superando el 50% de la población reproductora en 2021.
Los datos de arrastre acústico indicaron una notable reducción en la superposición espacial entre los reclutas y los peces más viejos durante los períodos de desove, limitando las oportunidades para la transmisión cultural de las rutas migratorias. Los datos de recaptura de individuos marcados confirmaron que las cohortes posteriores adoptaron progresivamente la nueva ruta migratoria del norte, reforzando el cambio observado en la geografía de desove.
Los hallazgos sugieren que el desplazamiento hacia el norte de las áreas de desove del NSS puede resultar en alteraciones a largo plazo en los patrones migratorios, impulsadas por la pérdida del aprendizaje social, consecuencia de la reducción de interacciones entre los desovadores más viejos y los reclutas. Este cambio de 800 km, que se hizo evidente cuando la cohorte de 2016 alcanzó una dominancia numérica en 2021, representa una desviación significativa de las rutas migratorias históricas, con amplias implicaciones para la disponibilidad de presas dentro de la red alimentaria y los flujos de nutrientes en las aguas del sur.
La aparición de un nuevo patrón migratorio, reforzado por la memoria colectiva de migración, plantea la posibilidad de que la restauración de los patrones históricos sea imposible.