
La capacidad de comunicarse es un derecho fundamental que, lamentablemente, no está al alcance de todos, especialmente para aquellos que presentan discapacidades severas en el habla. Un reciente estudio realizado por un equipo interdisciplinario de investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania ha puesto de manifiesto que la enseñanza de la alfabetización adaptada puede abrir nuevas puertas para los niños con parálisis cerebral que utilizan dispositivos de comunicación aumentativa y alternativa (AAC) de alta tecnología.
La investigación, liderada por la profesora Jessica Caron, revela que las personas con dificultades de movimiento y lenguaje pueden adquirir habilidades de alfabetización de manera más efectiva de lo que se había considerado previamente. Publicados en la revista Augmentative and Alternative Communication, los hallazgos sugieren que, a través de la lectura y la escritura, los niños que no pueden participar en conversaciones sin asistencia pueden acceder a un amplio rango de opciones comunicativas y disfrutar de una mayor libertad de expresión.
La importancia de la alfabetización para la inclusión
Los dispositivos de AAC son herramientas esenciales que complementan el habla, desde señalar imágenes en un cuaderno de comunicación hasta seleccionar símbolos en aplicaciones especializadas en tabletas electrónicas. Sin embargo, hasta ahora, había escasa investigación sobre la adquisición de correspondencias entre letras y sonidos (LSCs) en individuos con parálisis cerebral que utilizan AAC de alta tecnología. Este estudio es pionero en explorar la instrucción de habilidades de alfabetización temprana para aquellos que presentan limitaciones motoras y se comunican mediante la mirada.
Según Caron, muchos de estos niños quedan excluidos de la enseñanza fonética tradicional porque los métodos de aprendizaje actuales requieren habilidades de habla que no poseen. Por ejemplo, en las clases de fonética, los profesores suelen mostrar tarjetas con letras y esperan que los alumnos pronuncien el sonido en voz alta. Sin embargo, adaptando estas tareas, todos los estudiantes, incluidos aquellos con retos de comunicación y habilidades motoras, pueden participar en actividades críticas de alfabetización temprana.
La intervención adaptada utilizada en esta investigación se centró en la adquisición de siete LSCs mediante el uso de un dispositivo AAC basado en la mirada. El estudio se llevó a cabo con un niño de cuatro años que antes de participar había adquirido solo tres sonidos de letras a través de una investigación previa, sin haber recibido instrucción formal en alfabetización.
Los investigadores seleccionaron LSCs que el niño aún no había aprendido, y la instrucción incluyó ensayos explícitos y actividades de extensión interactivas, como un libro de imágenes de LSC y un juego de clasificación. Se utilizaba el dispositivo AAC para enseñar cada letra, registrando la respuesta del niño mediante la selección por sostenimiento de la mirada, lo que permitió personalizar la enseñanza acorde a sus capacidades.
Los resultados fueron alentadores: al finalizar el estudio de 15 semanas, el niño demostró un aumento notable en la identificación correcta de los LSCs, pasando de un 15% de éxito en la evaluación inicial a entre un 80% y un 100% al término de la intervención. Esta mejora significativa subraya el potencial que tienen los métodos de enseñanza adaptados para ofrecer a estos niños la oportunidad de aprender a leer, algo que tradicionalmente se consideraba fuera de su alcance.
La investigación ha llevado al desarrollo de un programa de formación en línea para capacitar a patólogos del habla, docentes y futuros profesionales en la implementación de este tipo de instrucción adaptada. Actualmente, el equipo de Caron está llevando a cabo un proyecto de investigación a mayor escala que incluye el desarrollo de intervenciones para enseñar habilidades fonéticas más avanzadas, con el objetivo de ofrecer a estos estudiantes oportunidades de aprendizaje diario en alfabetización.
La visión de los investigadores es clara: todos los niños, independientemente de sus capacidades comunicativas, tienen el derecho fundamental de acceder a la alfabetización. Con las adaptaciones adecuadas y una instrucción de calidad, es posible que estos estudiantes no solo aprendan a leer, sino que también encuentren en la alfabetización una vía hacia la autoexpresión y la independencia.