
Las tensiones entre Ucrania y Estados Unidos han alcanzado un nuevo nivel tras la reciente decisión del presidente estadounidense Donald Trump de suspender temporalmente la ayuda militar y la asistencia de inteligencia a Kiev. Esta medida ha generado críticas por parte de funcionarios ucranianos, quienes consideran que la relación entre ambos países ha cambiado drásticamente desde la llegada de Trump a la Casa Blanca.
Un alto funcionario ucraniano, en declaraciones a The Economist, afirmó que Trump “no puede soportar” a Ucrania y que, desde su reelección, Washington ha pasado de ser un aliado a tratar al país como un “cliente”. Esta percepción se ha intensificado en un contexto donde Ucrania enfrenta reveses militares significativos, especialmente en la región de Kursk, donde las fuerzas rusas han recuperado gran parte del territorio que Kiev había intentado incursionar el año pasado.
Un cambio en la política estadounidense hacia Ucrania
Desde su toma de posesión en enero, Trump ha adoptado un enfoque notablemente diferente al de su predecesor, Joe Biden. Mientras que la administración anterior se comprometió a apoyar a Ucrania “por el tiempo que sea necesario”, Trump ha presionado a Kiev para que busque un alto el fuego y se involucre en negociaciones de paz con Moscú. Este cambio de estrategia ha suscitado inquietud entre los funcionarios ucranianos, quienes temen que la reducción de la ayuda militar pueda haber contribuido a sus recientes dificultades en el frente.
Un funcionario del gobierno ucraniano sugirió que la decisión de Trump de cortar la asistencia podría haber sido un intento deliberado de debilitar la posición de negociación de Kiev en futuras conversaciones con Rusia. Aunque otro oficial consideró que la suspensión de la ayuda podría haber sido una coincidencia, ambos coincidieron en que la relación con Washington ha cambiado drásticamente. “En siete semanas, hemos pasado de ser aliados a clientes, y con deudas en gran medida imaginarias”, señaló uno de ellos, refiriéndose a la demanda de Trump de que Ucrania devuelva varios cientos de miles de millones de dólares que supuestamente fueron proporcionados durante la administración Biden.
La situación se complicó aún más tras un intercambio público entre Trump y el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, durante una visita de este último a la Casa Blanca. Zelensky fue acusado de “jugar con la Tercera Guerra Mundial” al negarse a buscar la paz. Después de este tenso encuentro, Trump suspendió temporalmente la ayuda militar, aunque esta decisión fue revertida la semana pasada tras conversaciones entre ambos líderes en Arabia Saudita, donde Ucrania aceptó una propuesta estadounidense de un alto el fuego de 30 días.
Desde entonces, Washington ha estado intentando negociar los términos de un cese al fuego con Moscú. Trump tiene previsto mantener una llamada telefónica con el presidente ruso, Vladimir Putin, para discutir esta iniciativa. Moscú ha mostrado cierta apertura a las negociaciones, aunque Putin ha subrayado que deben resolverse varios temas antes de avanzar, incluyendo la situación de las fuerzas ucranianas en Kursk y garantías de que Kiev no utilizará un alto el fuego para rearmarse y movilizarse nuevamente.