La apertura de las inversiones en bolsa ha abierto la posibilidad al gran público de conseguir unos beneficios antes vetados, de exclusivo uso para una élite financiera que cerrada en sí misma impedía que la gente corriente pudiera tener la misma posibilidad de generar ganancias con la compra – venta de productos financieros.
Con la llegada de internet a los hogares, el mundo de la inversión se ha democratizado y todos aquellos ciudadanos que tengan algunos ahorros acumulados pueden realizar sus apuestas en alguno de los muchos tipos de inversión existentes, con la esperanza de recibir más beneficios de los que reciben habitualmente de las entidades financieras donde están depositados.
Los tipos de inversión dependerán de los tipos de activos sobre los que se actúa. En líneas generales, los tipos más comunes donde podemos operar desde casa serían Acciones, Índices de Bolsa, Divisas, Metales, Materias Primas, Energía, Bienes Inmuebles, Bonos, Renta Fija de Corto Plazo, Inversiones Alternativas, Depósitos Monetarios y los fondos de renta variable, que es precisamente el objeto de este artículo en el cual trataremos de realizar una breve introducción, conocer su rentabilidad así como su volatibilidad y conocer un poco más de qué trata este tipo de inversión.
¿Qué es la renta variable? ¿Cómo funciona?
Pasamos a continuación a ofrecer un breve repaso de este tipo de inversión para que el lector pueda decidir por sí mismo si es interesante para su economía apostar en un juego donde ni la recuperación del dinero jugado ni la rentabilidad de la inversión son completamente seguras. Y, por supuesto, no se pueden conocer los resultados que darán, de hecho, existen las mismas posibilidades de que la rentabilidad final sea negativa, por lo que el dinero desaparecerá y se perderá todo lo invertido.
La persona que decida adjudicar cierta cantidad de dinero a renta variable debe conocer este factor de riesgo, y es que existen diferentes elementos que intervienen en la respuesta económica de esta inversión. Por ejemplo, la evolución en el mercado de la empresa o corporación sobre la que se invierte el capital, la situación económica por la que pasan o el comportamiento de los diferentes mercados financieros y su influencia en la empresa.
En este sentido, cabe advertir lo influenciable que son las bolsas y los mercados financieros a los cambios que realizan los propios inversores, es tal la sensibilidad que recogen que se consideran los termómetros de la economía.
Podemos ejemplificar un caso de renta variable con la compra de acciones o, lo que es lo mismo, partes de una empresa, que no es otra cosa que la adquisición de derechos, como pueden ser el cobro de dividendos en los ejercicios anuales en los que esta genera beneficios, y siempre bajo supervisión de la junta general, que puede decidir volver a invertir en la empresa en lugar de repartir el dinero entre los accionistas. El accionista puede también adquirir otros derechos, como el derecho a voto, a estar informado, a formar parte de alguna junta de asesores, etcétera.
Con relación a la economía de un país, podemos asegurar que la renta variable es el activo que consigue superar a la inflación. Esto ocurre porque existe una semejanza a largo plazo entre la renta variable y el crecimiento económico por el que un país transita, por el contrario, a corto y medio plazo, las probabilidades de sufrir volatilidades que afecten negativamente a la inversión son muy elevadas.
El pequeño inversor de renta variable
Los brokers son esas personas o agencias que se necesitan a la hora de invertir en bolsa, ya que los inversores no tienen permitido operar de manera directa, por lo que deberán hacerlo a través de esos intermediarios financieros, los cuales se encargarán de ejecutar las órdenes de compra y venta de sus clientes, así como de asesorarlos convenientemente.
El pequeño inversor tiene que confiar en estos brokers, contactando con aquellos que tengan buenas referencias en internet. Así mismo, puede confiar en todas las transacciones que se realizan en la bolsa, puesto que la supervisión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores asegura su transparencia y una correcta correlación en los precios y, sobre todo, la protección de los inversores.
Como hemos visto, una forma muy habitual de acceder a este mercado es con la intermediación de los fondos de inversión. Como ya sabemos, los fondos son instrumentos para el ahorro, en torno al cual se reúnen cierto número de inversores (cuantos más sean menos toca pagar o los productos son más importantes) que invierten su dinero confiando en una agencia encargada de gestionar la inversión en distintos activos disponibles, como son las acciones.
El objetivo de aquellos que participan en un fondo de inversión es rentabilizar su inversión, sin dar de lado la seguridad, la liquidez y una gestión profesionalizada para invertir con acierto en el mercado de valores.