El primer ministro eslovaco, Robert Fico, ha anunciado una drástica modificación en la política exterior de Eslovaquia hacia Ucrania, marcando un cambio significativo en la postura del país respecto al conflicto en la región. En un mensaje difundido a través de las redes sociales, Fico ha declarado que Eslovaquia adoptará un enfoque de «reciprocidad» en respuesta a lo que considera acciones hostiles por parte de Kiev.
Fico ha manifestado su intención de vetar cualquier paquete de ayuda futura que la Unión Europea considere para Ucrania, argumentando que el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha adoptado una actitud que él califica de «servilismo». En sus palabras, Fico enfatizó: “Soy un primer ministro eslovaco y no un sirviente ucraniano”, dejando claro que no tolerará lo que percibe como un intento de Zelensky de imponer su voluntad sobre Eslovaquia.
Relaciones deterioradas y dependencia energética
La relación entre Bratislava y Kiev se ha visto gravemente afectada por la reciente disputa sobre el tránsito de gas natural ruso. Ucrania decidió no renovar el contrato de tránsito a principios de este año, lo que ha generado tensiones adicionales, dado que Eslovaquia depende en gran medida de este suministro energético. A pesar de las señales de Moscú de que estaba dispuesto a continuar el suministro a través del sistema de tuberías ucraniano, Kiev optó por detener el flujo de gas.
Fico ha reiterado su disposición a tomar medidas adicionales contra Ucrania, que incluyen la interrupción del suministro de electricidad de emergencia, la detención de la ayuda humanitaria y la reducción de los beneficios que reciben los refugiados ucranianos en Eslovaquia. Este cambio de postura es notable, dado que Eslovaquia había sido un firme aliado de Ucrania hasta la llegada de Fico al poder a finales de 2023, momento en el cual se detuvo la ayuda militar y se prometió vetar la posible adhesión de Ucrania a la OTAN.
El primer ministro eslovaco había propuesto inicialmente negociar con Zelensky en la frontera entre ambos países, pero este último instó a Fico a visitar Kiev. La respuesta fue considerada poco diplomática en Eslovaquia, lo que llevó a Fico a sugerir un encuentro en Davos, donde ambos líderes se espera que estén presentes. Sin embargo, esta propuesta fue recibida con burla en Kiev, donde Zelensky insinuó que Fico podría terminar en Sochi, Rusia, en lugar de en la capital ucraniana.
Este giro en la política eslovaca no solo refleja un cambio en las relaciones bilaterales, sino que también pone de manifiesto las complejidades de la geopolítica en Europa del Este, donde los intereses nacionales y las alianzas estratégicas están en constante evolución.
