Declaración del CC del PCFR Kprf.ru | Traducido del ruso por Iñigo Aguirre.
Estos últimos días se ha agravado ostensiblemente la situación en Novorrusia. La artillería de la Junta de Kiev está prácticamente noche y día disparando contra ciudades y pueblos, utilizando los sistemas más mortíferos, los sistemas múltiples de lanzamiento de cohetes “Grad” y “Uragán”.
De nuevo se vuelven a cometer terribles crímenes. El número de víctimas entre mujeres, niños y ancianos se cuenta por decenas y el de heridos por centenares. Se han destruido decenas de viviendas. Ya solo en uno de esos disparos de artillería contra una parada de transporte público en Donetsk, el 22 de enero, murieron 15 personas y al menos 30 resultaron heridas. Eso supera al atentado terrorista de Paris que conmovió a todo el mundo.
Tras el biombo de los discursos llamando a la paz y al cumplimiento de los acuerdos de Minsk, los rusófobos en Kiev vuelven a la senda de la guerra.
Esto vuelve a demostrar una vez más, que el gobierno neonazi en Ucrania, desde el comienzo de la tregua en septiembre del año pasado, nunca ha pensado en un arreglo pacífico. Más bien han utilizado ese respiro que dieron los acuerdos de Minsk, para restablecer la capacidad de combate de sus tropas, para reforzarse, reagruparse y prepararse para la nueva fase de la guerra.
El PCFR considera que desde un principio las esperanzas de una salida pacífica a la guerra civil en Ucrania nunca fueron firmes. Esto es así, porque en Kiev gobierna ahora un grupo oligárquico extremista, que se apoya en auténticos terroristas, descendientes del lacayo fascista S. Bandera.
Además, la élite de Kiev no deja de ser un arma obtusa en manos de los EEUU, quienes se han fijado como objetivo embarcar a los pueblos ruso y ucraniano en una guerra fratricida y al mismo tiempo desestabilizar Europa.
La nueva carnicería orquestada por la Junta de Kiev, a la que estamos asistiendo en Novorrusia y el silencio absoluto de Occidente a este respecto, dejan bien a las claras la falaz hipocresía de sus llamamientos sobre la democracia y el respeto de los derechos humanos. Europa se rebela cuando mueren periodistas parisinos, sin embargo guarda un cínico silencio cuando siguen matando cada día, en Novorrusia, a población civil.
Por si no fuera suficiente, Occidente ofrece sus tribunas para que intervengan públicamente, a los líderes de un gobierno que es culpable de los asesinatos de decenas civiles que se cometen a diario.
La intervención del Sr. Poroshenko en el Foro económico de Davos es una confirmación fehaciente de que las “democracias” occidentales están dispuestas a taparse los ojos ante los más salvajes crímenes de guerra, con tal de apoyar a sus vasallos en Kiev. De este modo, están en la práctica alentando el avance impetuoso del fascismo en Ucrania.
Europa ya se dio un baño de sangre y lágrimas de millones de personas en los años 40, cuando se permitió el ascenso de Hitler al poder, para embriagar a la nación alemana. Hoy los mandamases de la Unión Europea vuelven a tropezar con la misma piedra.
El 70 aniversario de la liberación del campo de concentración y exterminio de Auschwitz, por tropas soviéticas, debía haber servido de importante recordatorio, de las consecuencias que puede acarrear el reavivamiento del fascismo. Sin embargo en Europa han dejado claro que prefieren hacer ver que no existe ninguna ligazón entre el nazismo hitleriano de Alemania y el fascismo banderista en Ucrania. Todavía se está a tiempo de detener el desarrollo de este tumor cancerígeno en Europa Oriental. Todavía estamos a tiempo de evitar el sufrimiento y la muerte de miles de personas en las regiones de Donetsk y Lugansk.
Todas las gentes honestas de Europa y Rusia deben alzarse de un modo firme, en defensa del pueblo de Novorrusia, denunciando y condenando públicamente el auge del monstruo neofascista bajo el ajado manto de la democracia occidental. Rusia como heredera de la Unión Soviética que detuvo al fascismo en los años 40, está obligada a hacer todo lo posible para evitar la propagación de la peste nazi en Europa y para defender a la población de Novorrusia del genocidio por parte del régimen pronorteamericano de Kiev. Para ello no basta con manifestar voluntad política, sino que se necesita dar paso a una nueva política económica, cuyo objetivo no sea asegurar los superbeneficios de los oligarcas, sino la creación de un Estado fuerte e independiente. Solo entonces podrá ser un aliado fiable de los pueblos hermanos. Solo así podrá defender sus fronteras del peligro externo.
Guennadi Ziugánov, presidente del CC del PCFR.
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