Hace un par de días Ucrania celebraba uno de esos días en que siendo fiesta no hay nada que celebrar. Salvo para unos pocos claro está. Se cumplían 25 años de la «independencia» de la Unión Soviética. Ucrania empezaba su andadura en solitario con una herencia soviética que la convertía en una potencia de primer orden en el terreno industrial, científico, agrario, etc, etc en la Europa de aquellos años.
Tras 25 años de «gestión» capitalista y saqueo continuado, la Ucrania «independiente» está sumida en una gravísima recesión económica, que ha condenado a la mayoría de la población a no ver nada más alla de la subsistencia del día a día. Convertida en un vergonzoso títere de los EE.UU. con un gobierno filofascista, intenta tapar sus vergüenzas envuelto en un discurso de rehabilitación del nazismo, echando la culpa de todos sus males al vecino del Este, y ofreciendo como única panacea el prometido por Europa regímen de exención de visados. Un aliciente que genera gran expectación en un país donde el 80% de los jóvenes declara querer marchar del país en busca de una vida mejor.
Hay genocidios de población civil inexistentes para los medios, como el de Arabia Saudí en Yemen y otros totalmente olvidados para esos mismos medios, como el ucraniano en el Donbás. En pleno 2016, la gloriosa Ucrania independiente sigue disparando todos los días fuego de artillería pesada contra zonas habitadas por civiles, provocando un reguero constante de víctimas inocentes que nunca aparecen en nuestros noticieros. Todo indica por los movimientos de tropas y armamento que está concentrando en la línea actual de delimitación, que se está preparando para lanzar una ofensiva a gran escala.
Para celebrar el Dia de la Independencia, tuvo lugar un desfile militar. Seguramente serán imaginaciones, caprichos de la pintura mimetizada de los blindados…