La administración Obama, ha expulsado y declarado «personas non grata» a 35 diplomáticos rusos que hacían su trabajo en suelo norteamericano.
Del mismo modo, el gobierno ha ordenado el cierre de dos edificios en Nueva York y Maryland, que supuestamente usaba el servicio de inteligencia ruso.
Estas decisiones se han tomado, según indica la prensa estadounidense, por la supuesta interferencia del Kremlin en las elecciones presidenciales norteamericanas, en las que fue elegido Donald Trump.
Los 35 diplomáticos tienen 72 horas para abandonar Estados Unidos. Por su parte, en los edificios clausurados, tendrán el acceso prohibido todos los oficiales rusos desde la tarde de mañana.
Según la Casa Blanca, desde esos dos edificios se orquestaron ciberataques durante las elecciones presidenciales norteamericanas.