El 16 de enero a las 19 horas el Centro Yeltsin invitaba a los habitantes de Ekaterimburgo (antigua Sverdlovsk) a la emisión de una película documental dedicada a la historia del museo “Perm-36”
“Perm-36” es el nombre con el que popularmente se conoce al campo correccional de trabajos forzados de alta seguridad para los condenados por “crímenes de Estado especialmente peligrosos”, que se encontraba en la aldea Kuchino del distrito Chusovski de la región de Perm, que fuera en su día reconvertida en un museo en memoria de la historia de la represión política.
En el campo se encontraban prisioneros, en su mayoría militares, de las Waffen SS, “Hermanos de los bosques” y miembros de los batallones de la “OUN-UPA”.
A continuación podemos leer las declaraciones de la dirección del museo en relación a los “héroes” de Ucrania, que tomaron parte junto a los fascistas, en el genocidio del pueblo soviético:
“En lo que respecta a nuestros vecinos, la «OUN» hasta 1945 luchaba contra los fascistas, y luego comenzó a combatir al Ejército Rojo. Ellos también tienen su verdad”. Víctor Shmyrov, director del museo “Perm-36”.
“Los chicos a los que se ha terminado llamando Banderistas, son gente maravillosa, encantadora: Yo los conozco y me siento orgulloso de conocerlos”. Alexei Simonov, administrador de “Perm-36”.
“El grueso del contingente estaba formado por “Hermanos de los bosques” y la resistencia de Ucrania occidental, los denominados Banderistas…Era gente maravillosa…Ellos lucharon por su patria”. Serguei Kovaliov, miembro de la dirección del museo.
Uno de los héroes del documental, Víctor Pestov, tomó parte el 21 de septiembre de 2014 en la “Marcha de la paz” en Ekaterimburgo. Su visión del mundo la defendía vestido con la tradicional gorra de los banderistas. En la siguiente foto podemos verlo en la sede de la ONG “Memorial” durante una reunión opositora junto al cónsul de los EEUU, Otto Hans Van Maerssen (con corbata amarilla).
En opinión del politólogo independiente Alexánder Asafov, los temores de los que se opusieron a la apertura del Centro Yeltsin se están cumpliendo al 100%. “Les recuerdo que toda esa gente tan magnánima, que defendía este absceso de pus ideológico, se remitía a la necesidad de su presencia para “reflejar la huella del primer presidente de la historia de Rusia” y negaba que fuese a ser utilizado como una nueva plataforma propagandística de la rusofobia. Si analizamos el contenido de la exposición resulta que a Yeltsin solo le corresponde el 25%”.
Tras la celebración del festival de cine “Artdocfest”, que se inauguró con la proyección del documental sobre el “heroico” artista Pavlenski y la aparición en la red del tráiler de la exposición principal, quedó claro que lo que se estaba inaugurando no era otra cosa que un nuevo “museo del Gulag” o “Centro Sájarov”. En otras palabras, una plataforma para la propaganda del odio hacía el país y hacia todo lo ruso”, dice Asafov.
En su opinión, la inauguración de una exposición dedicada a los Banderistas, a los “Hermanos de los bosques” y demás colaboracionistas de Hitler, solo era cuestión de tiempo. Ya lo hemos visto antes en otras plataformas como el “Centro Sájarov” en el centro de Moscú, donde se organizó una muestra fotográfica de los “heroicos combatientes del ATO” (miembros de los batallones de castigo ucranianos en el Donbás. N de la T.), que intentaron boicotear los voluntarios del Donbás y el artista Antón Bélikov. ¿Qué podemos hacer ente hechos semejantes? Darle el máximo de publicidad a la exigencia de clausurar eventos de ese tipo. De otro modo, ante la indiferencia o la aquiescencia silenciosa, los representantes de la “intelectualidad liberal” seguirán avanzando. Ellos ya no esconden sus objetivos: el retorno a la época letal del Yeltsinismo y la organización de un Maidán liberal en Moscú. “Es algo que debemos comprender de un modo preciso”.
Asafov se hace tres preguntas:
- ¿Por qué una tribuna rusófoba que atenta contra nuestro Estado, nuestra fe, se abre con dinero público?
- ¿Por qué se organizan excursiones obligatorias de escolares?
- ¿Por qué en el marco declarado de resaltar el aporte histórico de una persona concreta, se organizan actos que no guardan ninguna relación con Yeltsin?
Las respuestas a estas tres preguntas se encuentran en la superficie: los partidarios de la “democracia liberal” que se pasea por el país cual rodillo mortal tras la caída de la URSS, cuenta con un poderosísimo lobby en el gobierno, con lazos familiares, corporativos y de otro tipo. Respuesta primera: una parte de determinados representantes de las “torres del Kremlin” son liberales, hablan abiertamente de sus convicciones políticas y necesitan de la reconstrucción de la historia contemporánea de Rusia para justificar los crímenes del Yeltsinismo. Respuesta segunda: No estamos ante ninguna casa museo, ni “Centro de estudio de su herencia”. Se trata de un instrumento propagandístico cuyo objetivo no solo pasa por la demostración y traslación de sus valores, sino que en primer lugar se trataría de influir en las mentes abiertas de los jóvenes.
La tercera respuesta va necesariamente de la mano de la segunda: se trata de una plataforma para la producción y transmisión de todo el conjunto de idiologemas.
Novorosinform.org | Traducido del ruso por Íñigo Aguirre