Martes o viernes por la noche. Han pasado ya las diez. Es decir, ha llegado el momento de comprobar Euromillones, para saber si el número que aparece en el boleto adquirido es el que ha resultado agraciado en esa ocasión.
Y resulta que sí. La emoción es máxima, se grita, se salta, no se pierde el conocimiento casi de milagro. Se empieza a pensar en lo que se va a hacer con ese dinero. Pero de pronto llega alguien y se empeña en que hay que compartir el premio. El bajón es impresionante.
Algo parecido le ha debido ocurrir a un portugués que en el mes de marzo ganó este cuantioso premio, cuando se enteró de que el padre Eusébio Esteves Batista, párroco del pueblo de Lousado, se había empecinado en que el ganador de Euromillones compartiese el premio
61,5 millones de euros no se ganan todos los días, ¡pero quizás uno sí!
Fue en el Café Ribeiro de Lousado donde se vendió el billete ganador de la lotería europea. Poco después, la Santa Casa de Misericordia, gestora de Euromillones en Portugal, anunciaba que un vecino había reclamado el premio de 61,5 millones de euros.
Como ocurre habitualmente, el afortunado ha querido mantenerse en el anonimato. Algo especialmente fácil de comprender en este caso, ya que se trata de un pueblo que cuenta con apenas 4.000 habitantes.
Igual la parroquia de tu pueblo le puede dar un buen uso al premio, ¿y ahora qué?
Poco se pudo saber sobre el nuevo millonario. Así que el padre Eusébio se decidió a dar uso al boletín parroquial de la Iglesia Santa Marinha de Lousado, a fin de intentar contactar con el ganador y proponerle entregar el dinero del premio. El argumento esgrimido fue que la parroquia puede hacer un buen uso del mismo, y que este gesto aportaría “alegría especial” al dueño del premio.
La sugerencia rezaba tal cual: «El miércoles pasado se habló de Lousado por los mejores motivos imaginables», escribe el cura en la circular. «Alguien ha ganado el primer premio de los Euromillones. Y son muchos millones… ¿Será que el afortunado va a mostrar su altruismo, y ofrecer regalo a nuestra parroquia?».
El religioso afirma que los 61,5 millones de euros les vendrían bien a los fieles del pueblo, que son vecinos que han compartido sus vidas con el ganador. Estos millones se podrían utilizar para mejorar la estructura de la iglesia, que necesita rehabilitación, y para las tantas personas necesitadas que se podrían beneficiar de tan importante suma de dinero.
Si no puedes gestionar tú mismo el premio, tranquilo, ¡igual tu párroco puede hacerlo por ti!
Es evidente la presión que supone gestionar una cantidad de dinero como esta. Pero el padre Eusébio ha pensado ya en una solución para esto también, proponiendo hacerlo él mismo, en lugar del vecino que se ha convertido en nuevo millonario.
El cura asegura en su nota de boletín comprender los motivos que llevan al ganador del premio a mantenerse en el anonimato. Es por ello que le ha facilitado el proceso, publicando el número de su cuenta bancaria en el boletín, por si este se decidiera a hacerle una transferencia. Como cabía esperar, sin resultado.