El gobierno chino ha presentado un plan de paz de 12 puntos para Rusia y Ucrania en el primer aniversario de la invasión rusa a Ucrania. El plan alienta al diálogo en lugar de la lucha interminable, pero ha generado escepticismo en Occidente debido a ciertos aspectos que favorecen los intereses de Rusia y China. El plan propone el fin de las sanciones occidentales, la retirada de la OTAN de sus fronteras orientales, la reconstrucción liderada por contratistas chinos y la cesión de territorio de Ucrania.
Mientras tanto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado nuevas sanciones contra las empresas rusas vinculadas a los sectores de defensa y financiero del país. También ha proporcionado otros 10 mil millones de dólares en ayuda económica para Ucrania, lo que lleva la cantidad de ayuda estadounidense, en efectivo, armas y asistencia, a más de $200 mil millones.
El plan de paz de China ha sido cuestionado por la OTAN y la UE. El Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha señalado que el Partido Comunista de China «no tiene mucha credibilidad» y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha dicho que la UE «examinará los principios» del plan, pero «en el contexto de que China ha tomado partido».
Además, ha habido temores de que China pueda estar considerando enviar armas a Rusia. Victoria Nuland, subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos, ha dicho que Estados Unidos impondrá restricciones a las empresas chinas que estén activas en la evasión de sanciones y ha advertido que algunos de estos proveedores chinos de armas a Rusia podrían desencadenar una guerra mundial.