José Manuel García-Margallo, exministro de Asuntos Exteriores y eurodiputado, ha revelado detalles sobre la llamada «Comisión Montserrat», una iniciativa creada durante el Gobierno de Mariano Rajoy para contrarrestar el impulso internacional del movimiento independentista catalán. Estas declaraciones se produjeron en la comisión de investigación del Congreso sobre los atentados yihadistas de agosto de 2017 en Cataluña, a instancias de Junts per Catalunya.
Una estrategia para evitar apoyos internacionales al procés
La Comisión Montserrat, según Margallo, se constituyó inmediatamente después de asumir su cargo como ministro, en respuesta a las tensiones crecientes en Cataluña tras la propuesta de un concierto fiscal por parte del entonces presidente Artur Mas. El objetivo era claro: diseñar una estrategia diplomática para neutralizar los intentos del Govern de ganar apoyo internacional para la independencia de Cataluña o el referéndum del 1 de octubre de 2017.
Margallo destacó especialmente el momento de mayor tensión diplomática con Israel. Según relató, advirtió al Gobierno israelí que cualquier muestra de apoyo o comprensión hacia el movimiento independentista catalán podría desencadenar el reconocimiento de Palestina por parte de España. Esta acción no fue aislada, ya que el ministro aseguró haber mantenido contactos con representantes de alrededor de 30 o 40 países, incluidos Estados Unidos, el Vaticano y Escocia, para transmitir los argumentos del Gobierno español contra el procés.
Funcionamiento y composición de la Comisión Montserrat
La comisión se reunía semanalmente en el Palacio de Santa Cruz, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores. Margallo describió su carácter como «intelectual», con la finalidad de elaborar un argumentario sólido que pudiese ser utilizado por las embajadas españolas frente a la «diplomacia catalana». Según el exministro, estaba integrada por funcionarios, muchos de ellos catalanes, que contribuían al diseño de esta estrategia comunicativa.
El exministro negó haber recibido información del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) relacionada con el procés o los atentados yihadistas, subrayando que la labor de la comisión era puramente de convencimiento y seducción diplomática, más que de inteligencia operativa.
Desmintiendo teorías conspirativas
Margallo aprovechó su comparecencia para desmontar las teorías conspirativas que sugieren que el Estado pudo estar implicado o al tanto de los atentados de 2017 en Barcelona y Cambrils. Negó rotundamente haber tenido conocimiento previo de estos hechos y calificó de manipulaciones las declaraciones de Carles Puigdemont que intentaban vincularle con dichas teorías.
“Si alguien cree que, sabiendo que iba a haber un atentado, no habría hecho todo lo posible por evitarlo, eso sería lo peor que me han llamado en mi vida”, afirmó.
Un ejemplo de diplomacia estratégica
La Comisión Montserrat ilustra cómo los conflictos internos pueden trascender las fronteras nacionales y obligar a los gobiernos a desplegar esfuerzos diplomáticos para proteger la unidad territorial. Este episodio subraya la importancia de la coordinación entre las instituciones nacionales y las redes internacionales en contextos de crisis política.
El relato de García-Margallo arroja luz sobre las complejidades del procés y las tensiones que generó no solo dentro de España, sino también en el ámbito internacional.