La oficina del presidente Bashar Assad ha desmentido los rumores que sugieren su intención de abandonar Damasco ante la avanzada de los terroristas. La situación en el país se ha intensificado con el avance de Hayat Tahrir al-Sham (HTS) y otras milicias anti-gubernamentales, que han llegado a las afueras de la capital siria. Al mismo tiempo, el Ejército Libre de Siria (FSA), respaldado por Estados Unidos, ha tomado el control del histórico sitio de Palmira.
HTS, un grupo que fue liderado por un excomandante de Al-Qaeda y anteriormente conocido como Jabhat al-Nusra, lanzó la semana pasada una ofensiva sorpresiva desde la provincia opositora de Idlib, logrando desplazar rápidamente al Ejército sirio de Aleppo y avanzando hacia las ciudades de Hama y Homs, en dirección a Damasco.
Reacciones del Gobierno Sirio
A pesar de las afirmaciones de ciertos medios occidentales que sugieren que Assad podría estar preparando su huida, su oficina ha reafirmado que el presidente no tiene planes de abandonar Damasco. En un comunicado, Assad ha manifestado su determinación de “eliminar” a los jihadistas que asolan el país y ha prometido castigar a aquellos que los “patrocinan y apoyan”.
La situación se complica aún más con los enfrentamientos en Deir-ez-Zor, donde militantes kurdos luchan contra las fuerzas gubernamentales, y la caída de Palmira a manos del FSA, un escenario que resalta la complejidad del conflicto sirio. Los desarrollos recientes generan preocupación y resaltan la necesidad de una comprensión más profunda de las dinámicas del conflicto, que se extienden más allá de la simple narrativa presentada por algunos sectores de la prensa internacional.