El régimen de Assad pierde el control de Daraa, el «cradle of the revolution»

In Internacional
diciembre 07, 2024

Beirut: Las fuerzas del gobierno sirio han perdido el control de la ciudad de Daraa, según un monitor de guerra, lo que representa un nuevo golpe significativo para el régimen del presidente Bashar al-Assad tras la pérdida de otras ciudades clave en manos de los rebeldes. Daraa, conocida como «la cuna de la revolución», fue el escenario de las primeras protestas contra el gobierno en 2011, cuando activistas denunciaron la detención y tortura de un grupo de niños por pintar grafitis anti-Assad en las paredes de su escuela.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, los grupos armados locales han tomado el control de más áreas de la provincia de Daraa, incluyendo la ciudad del mismo nombre, y ahora controlan más del 90% de la provincia, mientras las fuerzas del régimen se retiran sucesivamente. Daraa comparte frontera con Jordania y, a pesar de un alto el fuego negociado por Rusia, la región ha sido escenario de disturbios y ataques frecuentes en los últimos años.

El conflicto civil en Siria, que comenzó con la represión de protestas por parte de Assad, ha causado más de 500,000 muertes y ha obligado a más de la mitad de la población a abandonar sus hogares. Por primera vez en la guerra, las fuerzas de Assad han perdido el control de tantas ciudades clave en un periodo tan corto de tiempo. Desde que una coalición rebelde liderada por Hayat Tahrir al-Sham (HTS) lanzó su ofensiva el 27 de noviembre, el gobierno ha perdido Aleppo, su segunda ciudad, y posteriormente Hama, en el centro del país.

Los rebeldes avanzan hacia Homs, la tercera ciudad de Siria, mientras que las tropas del gobierno se retiran de Deir Ezzor, en el este, para redeplegarse hacia el centro del país. En una entrevista reciente, el líder de HTS, Abu Mohammed al-Jolani, afirmó que el objetivo de la ofensiva es derrocar a Assad, subrayando que el uso de todos los medios disponibles es legítimo para alcanzar este fin. HTS, que tiene raíces en la rama siria de Al-Qaeda, ha intentado suavizar su imagen en los últimos años, a pesar de ser considerada una organización terrorista por muchos gobiernos occidentales.

Fabrice Balanche, académico de la Universidad Lumière Lyon 2 en Francia, indicó que HTS ahora controla 20,000 kilómetros cuadrados, casi siete veces más de lo que poseía antes del inicio de la ofensiva. Mientras tanto, las fuerzas kurdas, apoyadas por Estados Unidos, han expresado su disposición al diálogo con Turquía y los rebeldes, señalando que la ofensiva marca una nueva realidad política en Siria.

La ofensiva de los rebeldes comenzó el mismo día en que entró en vigor un alto el fuego en el Líbano en el conflicto entre Israel y Hezbollah, un importante aliado de Assad junto a Rusia e Irán. Turquía, que ha respaldado a la oposición, ha anunciado que mantendrá conversaciones con Rusia e Irán en Catar. Antes de estas conversaciones, los principales diplomáticos de Irán, Irak y Siria se reunieron en Bagdad, donde Siria acusó a sus enemigos de buscar «redibujar el mapa político». Irán se comprometió a proporcionar a Assad el apoyo necesario.

En Homs, donde se han producido algunas de las violencias más mortales del conflicto, decenas de miles de miembros de la minoría alauita de Assad han huido, temerosos del avance rebelde. Muchos sirios que se vieron obligados a abandonar el país durante la represión inicial de la revuelta siguen de cerca los acontecimientos a través de sus teléfonos. Un ex activista que ahora vive en Francia expresó su anhelo por un cambio, indicando que no le importa quién esté al mando, siempre que se logre la liberación del país.

Al mismo tiempo, los residentes de una zona mayoritariamente alauita han descrito el ambiente de miedo que se apodera de Homs. La situación se complica aún más con el lanzamiento de bombardeos por parte del ejército, que ha causado la muerte de al menos 20 civiles, incluidos cinco niños. Desde el inicio de la ofensiva, se han registrado al menos 826 muertes, en su mayoría de combatientes, pero también de 111 civiles, mientras que las Naciones Unidas han informado que la violencia ha desplazado a 280,000 personas.

Las escenas de celebración en ciudades como Hama, donde los residentes han incendiado carteles de Assad y derribado estatuas de su padre, Hafez al-Assad, son un reflejo del descontento acumulado durante más de una década. Aron Lund, del think tank Century International, calificó la pérdida de Hama como un «golpe masivo» para el gobierno sirio, señalando que, aunque la caída de Homs no significaría el fin del régimen, dejaría a Assad sin una ruta segura desde Damasco hacia la costa, lo que podría implicar el colapso de su entidad estatal.

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