Rachael Gunn, conocida como «Raygun», ha decidido retirarse del breakdancing competitivo tras la controversia generada por su inusual rutina en los Juegos Olímpicos de París, que se volvió viral y atrajo críticas y teorías de conspiración. Esta situación pone de manifiesto la presión a la que se ven sometidos los atletas en el escenario internacional, donde el escrutinio y las opiniones ajenas pueden influir en decisiones personales y profesionales.
Gunn, una académica australiana de 37 años, no consiguió puntuar en ninguno de sus tres enfrentamientos durante el debut del breaking en los Juegos Olímpicos de la capital francesa en agosto. Su actuación, que incluía movimientos poco ortodoxos como un salto de canguro, la convirtió rápidamente en un fenómeno de Internet, generando memes y burlas a gran escala.
La reacción del público fue tan intensa que surgieron teorías conspirativas sobre su clasificación para los Juegos, lo que desató un debate sobre el valor del deporte y su inclusión en los Juegos Olímpicos. A pesar de la controversia, Gunn había planeado continuar compitiendo, pero la presión y los ataques que recibió la llevaron a replantearse su futuro en el deporte. «No tenía control sobre cómo me veían o quién era», comentó en una entrevista.
La atleta expresó que recibió un torrente de mensajes abusivos y violentos tras su participación en los Juegos. Además, se convirtió en el objetivo de una petición en línea que la acusaba de manipular el proceso de clasificación, la cual reunió 50,000 firmas antes de ser retirada a solicitud del Comité Olímpico Australiano (AOC). «Las teorías de conspiración eran totalmente salvajes», reconoció Gunn, aunque también se aferró a los mensajes positivos que recibió, donde algunos la animaban a seguir adelante con su pasión.
Defensa y reconocimiento en medio de la controversia
A pesar de la crítica, la actuación de Gunn fue defendida por un juez de breakdancing olímpico y el AOC. En septiembre, la Federación Mundial de DanceSport la clasificó como la número uno en el ranking femenino de breakdancing a nivel global. Sin embargo, su actuación en París dividió a la comunidad del breaking, con algunos colegas defendiendo su estilo único, mientras que otros argumentaban que había ridiculizado el deporte en el escenario más grande del mundo.
El breakdancing ha sido excluido del programa olímpico para los Juegos de 2028 en Los Ángeles y no está previsto que vuelva en los Juegos de 2032 en Brisbane. A pesar de su decisión de no regresar a la competición, Gunn ha afirmado que no dejará de bailar, continuando su práctica en un entorno más personal. «Todavía bailo y sigo haciendo breaking, pero eso es, como, en mi salón con mi pareja», concluyó.